Si hay una palabra que sirva para empezar a hablar de los refugiados, esa es expulsión. “Todos en la vida escogemos lo que queremos ser: médicos, abogados, políticos, pero nadie elige ser un refugiado”, decía el representante de los Refugiados en Ecuador, Edén Pérez, a inicios de la semana en una actividad oficial.
En un contexto mundial en el que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) ha reportado, en su último informe, que la humanidad rompió su propio récord con una cifra de 70,8 millones de desplazados forzosos, hasta 2018, el cuestionamiento principal es: ¿Qué están haciendo los países para que millones de personas desplazadas puedan reconstruir sus vidas?
Panorama ecuatoriano
La coordinadora nacional del plan de Movilidad Humana de la Cruz Roja Ecuatoriana, Anaité Vargas, opina que el reto particular del país, en este momento, es realizar un análisis más profundo de las situaciones que atraviesan los distintos grupos poblacionales que llegan. Explica que, durante la historia, Ecuador ha recibido a colombianos víctimas del conflicto armado, pero, incluso, para ellos el panorama ha cambiado en los últimos años con el proceso de Paz y la fragmentación de las agrupaciones terroristas.
EL DATO
Cerca de 300 mil venezolanos se establecieron en Ecuador, en los últimos tres años.Adicionalmente, apunta que la población venezolana requiere otro tipo de protección por las condiciones a las que se enfrenta su país. Dice que se debe dejar de ver solo lo económico, pues los acuerdos internacionales también consideran como desplazamiento forzado situaciones de crisis y violencia que hacen que ya no sea posible mantener una condición de vida adecuada.
En su análisis, es necesario que se revisen las normativas actuales para determinar si estas están cumpliendo con su objetivo y si los parámetros y documentos que se piden para reconocer a alguien como refugiado son factibles. Uno de los problemas, para ella, es el de las cifras ocultas que incluyen a personas que están en situación irregular y que complican la aplicación de estrategias en los territorios.
Política pública
El docente universitario César Mantilla explica que en este tema la política pública de cada país es la que hace la diferencia. Él fue secretario de Inclusión de Quito y lideró la mesa de movilidad humana que se creó el año anterior ante la emergencia decretada en tres provincias ecuatorianas, por lo que menciona que la Constitución y la Ley de Movilidad Humana han servido de bases para que los refugiados puedan acceder a derechos iguales a los ciudadanos, sin tener que aislarse en campamentos como ocurre en otros países con normas distintas.
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MIL
desplazamientos se registran cada día.Según Mantilla, el proceso para solicitar refugio sigue siendo extenso, pues depende de las características individuales de cada persona. Puede durar mucho tiempo, sin embargo, él considera que campañas como la de Acnur llamada ‘Con los refugiados’ han dado buenos resultados para mostrar la realidad y empezar a revertir una imagen errónea que se tiene de quienes tienen que huir de sus propias naciones, a veces, sin pertenencias.
Menciona que hace falta una articulación más fuerte con los gobiernos locales, en especial los de frontera, para que la situación se entienda y los derechos se garanticen. (PCV)
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