Marcela Noriega: ‘La verdad está en el otro, no en el periodista’

AUTORA. Noriega escribe desde los 13 años y ha ganado varios concursos nacionales de poesía.
AUTORA. Noriega escribe desde los 13 años y ha ganado varios concursos nacionales de poesía.

“La crónica te pasa factura en tu propia vida”, dice Marcela Noriega en su última obra: ‘Vivir para contar’, material de su taller de crónica dirigido al público juvenil. Desde 2009, la periodista y escritora guayaquileña encontró en este género la oportunidad de desarrollar una escritura involucrada con la gente, que devino en grandes cambios no solo en su carrera profesional, sino también en su percepción del mundo.

La principal enseñanza que le dejó el periodismo narrativo es el trabajo con la empatía: “Si no puedo sentir lo que el otro está sintiendo, no puedo escribir”, afirma. “Lo que hago es abrirme totalmente al sentimiento y que la historia me conmueva lo que me tenga que conmover”.

Noriega corre el riesgo de enfrentarse a la realidad ajena en total vulnerabilidad. “El cronista necesita sentir y cuando empiezas a escribir inicia una suerte de catarsis, empiezas a liberar ese dolor que no es tuyo realmente, sino del otro”.

El cronista, una presencia silenciosa
Para Noriega, encontrar la verdad en una historia depende por completo de la capacidad del cronista de escuchar y “privilegiar la voz del otro”, haciendo a un lado el ego y las ideas preconcebidas: “La verdad está en el otro, no en el periodista”, sostiene.

En una de sus crónicas más fuertes, ‘Puná Vieja, la tierra del Tin Tin’ -publicada en Mundo Diners en 2015-, Noriega fue testigo de las escenas desgarradoras de la pobreza. Ella mismo vivió el terror por la inseguridad y la violencia que imperan en la isla ecuatoriana; sin embargo, en el texto su presencia es casi invisible. Los personajes de la historia tienen todo el protagonismo.

“Nos enfrentamos con mafiosos, con drogadicción, un panorama terrorífico, fuimos a buscar al diablo, al Tin Tin, y lo encontramos -cuenta la autora-. No podíamos dormir del miedo que teníamos. Nada de eso está en la crónica contado de esa manera, pero se percibe el terror y eso es, yo creo, ese proceso de dejar tu ego a un lado”. La realidad de la isla Puná está contada de boca de sus habitantes, de los jóvenes que se enfrentan a un futuro ineludible de precariedad y vicios, así como de las mujeres que conviven con criminales y buscan salvar a sus hijos de su propio destino.

“Es la visión de quienes están construyendo esa realidad, el periodista casi no puede intervenir en ella, solo está ahí para narrarla, para reconstruir los pedazos”.

Poesía en todas partes
Noriega se inició en la escritura como poeta. Jugar con las herramientas del lenguaje se convirtió en su técnica predilecta a la hora de abordar textos narrativos de ficción y no ficción. “Hay cosas que no las puedes decir de otra manera, sino a través de la metáfora. Cuando ésta toca una fibra sensible tuya, puede suceder lo mismo con el lector”.

Autora de varios cuentos, de la novela ‘Pedro Máximo y el círculo de tiza’ y de los libros de crónica ‘Historias que contar’ y ‘Crónicas de San Bartolomé’, Noriega siempre vuelve a la poesía como un medio para expresar lo que el lenguaje común no alcanza a decir.

“Me di cuenta de que la poesía lo ligaba todo y le daba la emoción y la intención que necesitaba para construir una novela”, comenta. En los últimos dos años, se ha dedicado a escribir relatos cortos dirigidos al público infantil y juvenil.

Involucrarse en lo real
También ha trabajado en talleres con jóvenes de colegio, en los que imparte su método de ‘Escritura instrospectiva’: “Hago ejercicios para que se puedan conectar con su yo, que se aparten del ruido exterior, que entren en su ser creativo y desde ahí escriban”.

Su libro ‘Vivir para contar’ invita a los jóvenes a interesarse en la realidad de quienes los rodean. Más que un manual de crónica, la obra busca animar a los estudiantes a contar casos reales para sensibilizarlos. “Si ellos no se involucran con la realidad, ¿qué futuro hay? La idea es dejar de estar tanto en las nubes, en los jueguitos, en la pantalla, y poner los pies en la tierra”. (AA)

FRASE

Quiero que los jóvenes no se lo planteen como: ‘voy a escribir una crónica’; sino como: ‘quiero contar algo real’. Marcela Noriega, periodista y escritora.