La resta es mayor que la suma

Jaime Durán Barba*

Nunca consideré que Cristina Kirchner fuera una mala candidata, ni dije que es la figura opositora que más le conviene a Mauricio Macri. Siempre afirmé lo contrario. Todos los estudios dicen que es la mejor candidata de la oposición. Era absurdo pensar que Mauricio podía designar a un candidato mediocre de oposición para ganar con facilidad. Ella es una candidata poderosa porque es líder de un importante porcentaje de argentinos que quiere una sociedad autoritaria en la que se protejan sus intereses. Se sienten inseguros con la democracia.

Una candidata con esa fuerza no va a dejar el poder, debe ganarlo por sí misma o poniendo a un testaferro que controle. El misterio y la sorpresa son juegos de poder típicos del kirchnerismo. Su idea de que “el poder es mío y de la familia” se manifestó cuando recibió los símbolos de mando de su hija y no los entregó al presidente electo porque lo consideraba una rendición. Para entenderla, es indispensable usar herramientas de la psicología.

El lanzamiento de su libro transparentó algo que muchos se negaban a ver: representa una visión no democrática del mundo compartida por muchos argentinos y latinoamericanos. Algunos hablan de que Cristina es el poder, el eje de todo lo que pasa. Mantienen la antigua superstición de que los únicos que pueden gobernar Argentina son los peronistas.

Pocas veces un candidato inicia la campaña lanzando un libro al que ni siquiera se refiere en su presentación. Cristina pronunció un discurso interesante, sereno, en el que dijo reiteradamente que no quería molestar a nadie. Habría sido una buena pieza oratoria para un auditorio académico. Nadie de esa mentalidad escuchó el discurso, aunque lo haya oído.

Estaba terminando esta nota cuando me llega la noticia de que Cristina anunció que su fórmula estaría integrada por Alberto Fernández para presidente y ella misma para vicepresidente. Logró cosas únicas: es la primera vez que el candidato a vicepresidente anuncia quién sería “su” candidato a presidente en el continente. Deja en claro quién es el que manda.

¿Cuántos votos nuevos le trae Alberto Fernández a Cristina? Los dirigentes peronistas democráticos necesitan diferenciarse. Saben que esta unidad será liderada por Cristina, desde cualquier sitio en que aparezca. Identificarse con el populismo autoritario mata cualquier alternativa peronista que quiera existir en la futura democracia.

*Profesor de la GWU. Miembro del Club Político Argentino.
(Fuente www.perfil.com).