Max Vega: la odisea literaria hacia ‘La decimotercera forma’

AUTOR. Vega debutó como novelista y, actualmente, es catedrático en la Universidad de Las Américas.
AUTOR. Vega debutó como novelista y, actualmente, es catedrático en la Universidad de Las Américas.

Trece historias hiladas por la reencarnación componen el último libro de Max Vega.

Max Vega no es el tipo de escritor que necesita figurar en los escaparates de las librerías publicando un libro cada año. Su primera novela, ‘Las Máscaras extrañas’, la lanzó en 2013 tras ganar el segundo premio del XV Concurso Nacional de Literatura Ángel Felicísimo Rojas.

Desde entonces se dedicó a una escritura silenciosa, pero por completo metódica. En 2017, su cuento ‘Bardo’ apareció en la antología de cuentistas nacionales ‘Despertar de la hydra’, compilada por Editorial La Caída. Lo que los lectores no imaginamos es que detrás de esa narración corta, que funciona perfectamente como unidad, estaba la creación de una historia más larga: la travesía de dos almas -que renacen en nuevos cuerpos en cada capítulo- por la historia de la humanidad.

‘La decimotercera forma’ es una narración dividida en trece relatos. Inicia en la India del siglo VII y se topa con personajes de la historia como los Califas de Damasco, la mítica papisa Juana, el filósofo Tomás de Aquino y magos, reyes, artistas y criminales que acompañan la purgación eterna de Pauravi, condenada a sufrir en cada una de sus existencias por un crimen sin esclarecer.

¿Cómo fue el proceso de investigación histórica para la obra?
Todos los cuentos están dentro de un marco histórico real. Partí de un mapa. Todas mis obras literarias las escribo así. Yo ya tenía de antemano el esquema de todos los cuentos y la cronología. En esa época, había terminado mi carrera y todavía no empezaba la maestría, entonces tenía tiempo. Recurrí a fuentes, muchas de ellas en Internet, pero también fui a bibliotecas y hablaba con historiadores. La parte literaria también es importante, para modelar el lenguaje de la época, me dedicaba a leer todo el tiempo esa literatura para que el tono, el estilo y el lenguaje de esa época se me queden impregnados y pudiera plasmarlos. Tenía una ficha de cada cuento con todas esas características y empecé a escribir. Lo último fue la escritura.

¿Qué lecturas influenciaron la escritura de cada relato?
Fue según la época a la que se refieren. Los primeros cuentos están relacionados con ‘Las mil y una noches’, hay referencias también al ‘Decamerón’, de Boccaccio. Luego, en el quinto relato, está ‘El libro de buen amor’; en el octavo está Francisco de Quevedo y el lenguaje de la novela picaresca de los siglos XVI y XVII. En el noveno me dejé influenciar por la obra de Jonathan Swift, ‘Los viajes de Gulliver’. En el décimo está Antón Chéjov, se sitúa el cuento en la Rusia de la invasión en el siglo XIX y, en esa época, Chéjov ya estaba produciendo sus primeras obras. En el once, en ‘Bardo’, utilizo el lenguaje de la novela policiaca. Los últimos son más libres.

¿Por qué solo se sitúan dos cuentos en Latinoamérica?
No quería hacerlo tan local. Mi obra literaria, mi propuesta verdadera, es mi narrativa larga, que inicia con ‘Las máscaras extrañas’. Tengo pensado escribir la continuación, que se llamará ‘Las máscaras de la muerte’, la estoy trabajando lentamente. Más adelante escribiré una que cierre la trilogía, que se llamará ‘La entrada de Cristo en Bruselas’. Ahí está mi propuesta más profunda y ahí hablo de Latinoamérica de principio a fin. Tuve viajes de 2016 a 2018, estuve por varios países de Sudamérica: Argentina, Chile, Perú y Colombia. En mi tercera novela pienso describir ese recorrido. Por eso, este libro no lo quería relacionar tanto con mi trilogía, sino hacerlo más universal.

¿Cómo crees que se reciba una obra que demanda otras lecturas para comprender el contexto de cada relato?
Esa es mi apuesta. Creo que no estamos acostumbrados a una literatura que nos obligue, hasta cierto punto, a verificar los datos, a meternos en un marco histórico que no sabemos si es real o no. Mucha literatura actual está basada en la figura del escritor maldito, borracho, viejo, mujeriego, que habla de cuestiones contemporáneas decadentes, drogas, armas, redes sociales.

Eso se consume y se escribe con mucha facilidad. Esto es otra manera de mostrar la literatura. Desde esa perceptiva, no sé qué tanta acogida tenga la obra. Yo sé que siempre hay alguien que la va a leer y a disfrutar. (AA)

FRASE

La idea de la literatura es hacerla pública, pero como una absoluta necesidad de manifestación, de expresión”. Max Vega escritor