LIBER ANDRADE SALAZAR
La Policía Nacional protege derechos, libertades y garantías de los ciudadanos. La protección interna y mantenimiento del orden público son funciones privativas del Estado y responsabilidad de la Policía, según el Art. 158 de la CRE. Esto quiere decir que la Policía al tener presencia en provincias, cantones, parroquias y mayoría de recintos del País, debería cumplir a cabalidad el mantenimiento del orden interno por medio de una estructura que le posibilite actuar en el restablecimiento de la paz social, prevención de infracciones y seguridad ciudadana como determina el Art. 61 dell Código de Entidades de Seguridad Ciudadana y Orden Público (Coescop)
Para cumplir tales funciones, debe preceder una formación adecuada en derechos humanos, seguridad, nociones básicas sobre infracciones, prevención, disuasión y actuación debida del uso de la fuerza y conocimiento preciso de la convivencia del ejercicio de funciones en un estado soberano, de democracia plena. Igualmente, dotársela de una logística de infraestructura, tecnología, y subsistencia apropiada para cumplir sus competencias.
La falta de varios factores indicados y por la resta indebida de funciones integrales que antes tenía la Policía, hoy los ecuatorianos somos presa de la delincuencia organizada o no, tanto común como política. Se cerraron los controles policiales en las diferentes carreteras del país, que impedían al menos que los infractores se movilicen tranquilamente luego de actos de sicariato, con el fruto del robo, abigeato, trata de blancas, narcotráfico, naturaleza-fauna. En las ciudades se restó el control de tránsito, dando lugar al nacimiento de burocracia endeble y fácil de caer en actos de corrupción. Todo eso debemos cambiar y volver a tener una Policía Nacional con aplicación de reglas y trabajo interinstitucional que permitan devolver la paz social y crecer como sociedad.
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