La familia realizó ayer una misa de réquiem por su eterno descanso.
Ayer se cumplió un año de la trágica muerte de Héctor Aguavil Calazacón, exgobernador tsáchila, quien falleció en manos de sicarios, que llegaron a su casa a cegarle la vida. Su esposa María Teresa Calazacón y sus hijos Diana, Mayra y Fredy aún no encuentran consuelo, extrañan sus consejos y el apoyo que siempre les brindaba.
Fredy, dijo que ha sido un año difícil sin la presencia de su padre, “él era el guía en la familia, nos hace mucha falta”.
EL DATO
Amigos y familiares de Héctor asistieron ayer a la misa de réquiem que se realizó en su casa, en el kilómetro 7 de la vía a Quevedo.En la sala de la casa hay un lugar especial para la foto de Héctor, desde que falleció no la han sacado, así lo indica su esposa, expresando que el consultorio de medicina natural donde atendía a sus pacientes continúa intacto, pese a que su hijo Fredy ahora está al frente, pero no ha movido nada. “Estamos siguiendo con su legado, yo aprendí junto a él y ahora estoy a cargo”.
La familia siente un poco de tranquilidad porque se logró sentenciar a cuatro de los implicados en el crimen, pero ellos quieren saber quién es la persona que está detrás de este hecho de sangre. “vamos a llegar hasta las últimas instancias, para que la justicia prevalezca”.
Trayectoria
Héctor Aguavil era un líder dentro de la Nacionalidad, fue gobernador en 2006, presidente del Consejo Tsáchila y de la comuna Otongo Mapalí. Era un Poné, por ello tenía su consultorio vegetalista donde atendía a muchas personas de diferentes ciudades del país y del extranjero, muchos de los cuales aún llegan buscándolo y se enteran de la triste noticia. (LMM)