Europa en llamas

Es un libro, escrito por el catalán Josep María Mundet en 1939, que narraba los sucesos de la Europa de la Segunda Guerra Mundial. Pero los hechos actuales muestran un continente con serios inconvenientes. En Francia, los “chalecos amarillos” (gilets jaunes) acorralaron al gobierno de Emmanuel Macron quien, ante la fuerza de los manifestantes, rectificó sus medidas económicas. A la protesta se suman más sectores: universitarios, burócratas, desempleados y personal hospitalario.

Piden la no alza de combustibles, que mejore la economía de la clase media y los servicios públicos y, además, gritan “Macron dimisión”. El grupo no tiene cabezas visibles. Simbolizan el hartazgo social. Se suma la ola de violencia y atentados como el de media semana en Estrasburgo, por un radical islámico. Los universitarios también protestan por el costo de las matrículas.

En el Reino Unido, la primera ministra Thereza May es el chivo expiatorio del ‘Brexit’ (sacrificando su futuro político) por la salida de la Unión Europea. Sus coidearios conservadores y militantes de otras tendencias, se unieron al malestar que genera la desordenada salida del país del sistema de integración, dentro de cuatro meses. No se descartaría otro referéndum para anular el anterior. A la gobernante alemana, Ángela Merkel, también se le agotó el tiempo.

España padece los problemas de una coalición de gobierno en la que crece la amenaza de un “socialismo del siglo XXI”, el de Podemos de Pablo Iglesias, que le tiene tomado el pulso al precario gobierno de Pedro Sánchez.
Italia, la de las extrañas alianzas, como la del ‘Movimiento 5 Estrellas’ con la Liga del Norte, traba la aprobación del presupuesto en la Unión Europea, buscando que sus medidas populistas se impongan, generando incertidumbre sobre la marcha del gobierno de ese país.

Otros países europeos, ante la ola de migraciones desde países del Medio Oriente y África, toman medidas insuficientes y ambiguas, dejando que el tema sea resuelto en grandes foros que, a lo mucho, solo expresan declaraciones vacías de contenidos. Todo esto se presenta como malos augurios para los próximos meses.

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