Aprendió a amar a Dios y a la Virgen desde muy pequeña

APASIONADO. Lidia Párraga Moreira, es una manabita creyente que imparte su devoción.
APASIONADO. Lidia Párraga Moreira, es una manabita creyente que imparte su devoción.

‘Creo que a pesar de las dificultades he sido feliz, soy una mujer muy devota, y he enseñado a muchas personas a orar’.

En su rostro se nota satisfacción cuando habla de la Virgen del Carmen, Lidia Párraga Moreira, es una devota que vive en este cantón y que gracias a su mamá, Josefa Moreira, desde muy pequeña aprendió a orar, amar a Dios y a la Santísima, sobre todas las cosas.

“Todos los días mi madre nos hacía rezar el rosario a sus 12 hijos, somos 9 hermanas mujeres que siempre estamos juntas en las buenas y en las malas, los varones también, pero no con la misma intensidad”, expresó.

Lidia dice estar enamorada de Dios, “por eso he seguido este camino y no he cometido ningún error cuando enviudé”. Sale a evangelizar con un grupo de hermanos, pertenece al movimiento Juan XXIII, es la primera retirista de Manabí.

Recogimiento

Ella junto a su hijo Carlos Falcones, durante los días de la novena asistió a las romerías y a las misas. “Mi devoción por la Virgen es una herencia que me dejó mi querida madre, ha sido mi intercesora la que siempre ha estado ahí ayudándome, tengo mucha fe en ella, es mi abogada porque sé que quién hace los milagros es Jesucristo”, expuso.

EL DATO
Lidia tiene cuatro hijos, pero con Carlos es con quien asiste a la romería y a la novena.Lidia tiene un altar en su casa, donde lee la palabra de Dios y reza el rosario antes de salir a trabajar. Una imagen de la Virgen está en su dormitorio, “tengo un pequeño oratorio donde yace su efigie y el Sagrado Corazón de Jesús”. (LMM)

Fervientes

Lidia es del cantón Chone, en 1970 llegó con su esposo a El Carmen, quien también era católico y sus tres hijos mayores, pero ya era devota a la virgen. Indicó que sus hijos saben rezar igual sus nietos y bisnietos. Siempre carga su rosario en el cuello, “es el arma para defenderme, es una representación donde se prendió Jesús para tener la fuerza y la fortaleza para morir y salvarnos”.