Por: PASTOR FRANCO LOYOLA
«Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!….» (Mateo 16:22-23) Pedro no era satanás, era Pedro! Cuando el Señor Jesucristo lo llama así, damos por entendido que lo que le estaba diciendo es que el diablo había influenciado la mente de su discípulo para que tratará de ser obstáculo y así evitar que cumpla la voluntad de Dios El Padre, pues ya estaba establecido de que su hijo, Cristo, Dios mismo, viniese a la tierra y diera su vida por los pecadores, así lo vemos en la Biblia y de manera explícita en el versículo anterior a los antes ya mencionados: «Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.» (Mateo 16:21).
De la misma manera hoy en día Satanás, el diablo, la serpiente antigua, lucifer, va a tratar por todos los medios de que no hagamos la voluntad de Dios, y va a utilizar todas las herramientas posibles que tiene a su alcance: mentir, asechar, tentar, manipular, etc., y es que el diablo es poderoso. Qué nos toca hacer a los hijos de Dios, a quienes hemos aceptado a Cristo como salvador personal al haber puesto nuestra fe en Él? Sencillo, hacer lo que nuestro Señor Jesucristo pide: «Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.» (Mateo 26:41) y es que el diablo es poderoso, pero nuestro Dios es el Todopoderoso! Si andamos en cosas espirituales, obedeciendo la Biblia, si tenemos una vida de oración y si nos apartamos de las cosas pecaminosas, vamos a poder tener una vida de Victoria!