Los alimentos son preparados con leña, una costumbre que aún se mantiene debido a su sabor singular.
En el sector rural de Santo Domingo de los Tsáchilas, la celebración del Fin de Año suele ser una mezcla de tradiciones locales y costumbres familiares.
Las personas se reúnen para compartir comidas típicas, música y, a menudo, realizar eventos festivos en plazas o espacios comunitarios. También queman el año viejo, que simboliza despedir lo antiguo y dar la bienvenida a lo nuevo.
Además, algunas iglesias locales organizan eventos religiosos para marcar el final del año.
Hojas de plátano
En el recinto Chila Guabalito de la parroquia San Jacinto del Búa hay una costumbre llamativa al momento de la elaboración del año viejo: utilizan hojas secas de plátano para armarlo, representando a una autoridad destacada en la zona o un familiar.
Gustavo Arias, oriundo del sector, comentó que en su familia es tradición bailar y comer seco de gallina o carne punzada, todo hecho en leña. Se reúnen aproximadamente 40 personas para recibir el Año Nuevo.
Cerdo y gallina
Martha Valenzuela vive en el barrio 4 de Febrero de la parroquia Valle Hermoso. Para recibir el nuevo año, se reunirán en familia, que son cerca de 30 personas las que la integran.
Para ellos, es costumbre brindar fritada o cerdo hornado a los invitados, alimentos que son hechos en leña, esto se sirve antes de la medianoche.
Luego de la quema del monigote y después de bailar, les ofrecen un aguado de gallina.
Concursos
En Puerto Limón, suelen hacer concursos de años viejos y baile general en el centro poblado. Después de la quema de los monigotes, cada familia va a sus casas para la cena.
Ana Alcívar, vive en el recinto El Rosario, comentó que cada año preparan gallina o carne punzada. La elaboración de estos alimentos lo realizan las mujeres de la casa y utilizan leña para su cocción. (CT)
EL DATO
Las costumbres perduran al pasar de generación en generación.