Los centros regulados piden más control para evitar que se dé esta actividad en la vía pública.
Una competencia desleal y no muy segura, así califican varios propietarios de prostíbulos a la actividad sexual que se oferta en diferentes sectores no regulados de Santo Domingo.
La reactivación en estos negocios todavía no se da en su totalidad. Primero por el tema de la pandemia, regulación de aforos y también incide la ubicación de los diferentes locales regulados.
Muchas personas optan por adquirir estos servicios en la zona céntrica, sectores aledaños a la terminal terrestre o por el Sueño de Bolívar. El factor económico es clave, ya que no todos cuentan con vehículo propio y movilizarse en taxi hasta el kilómetro 7 de la vía Quevedo les demanda un egreso aproximado de ocho dólares.
Posturas
Ana Vega, presidenta la Asociación de Centros de Diversión para Caballeros 3 de Mayo, dijo que en el interior de los prostíbulos se cumplen con todos los elementos de bioseguridad y garantizó que el 100% de las chicas han sido inoculadas, por lo menos con la primera dosis.
Recalcó que cumplen periódicamente con las pruebas Covid-19 para evitar contagios. Antes lo hacían cada 15 días, pero ahora acordaron con el Ministerio de Salud Pública (MSP), que se la practiquen una vez al mes.
12 dólares invierten las trabajadoras sexuales en este procedimiento médico. No están en contra del pago porque saben que es una medida de seguridad, pero critican que no se aplique el mismo control a las personas que ofertan estos servicios en las calles o pensiones de la ciudad.
Intervenciones
Los dueños de los negocios señalaron que cumplen con todos los requerimientos de ley para trabajar sin problemas. Sin embargo, cuestionan la falta de intervenciones en otros puntos de la ciudad donde se ejerce la prostitución de manera clandestina.
“Las autoridades deben llamar a una reunión para ver si los hoteles y pensiones dejan de ser prostíbulos o centros de tolerancia clandestinos. Tenemos un compromiso firmado para acoger a las trabajadoras que están en las calles, pero no podemos cogerlas con un cabo”, manifestó Vega.
Peligro
Los problemas son frecuentes en los sectores públicos donde se ofertan servicios sexuales. Hay incremento de delincuencia, riñas y hasta comercialización de estupefacientes.
Hay un grupo organizado con chicas que sí cumplen todas las medidas de cuidado. Esto sería aprovechado por otras féminas que se ubican cerca para trabajar, aunque ellas no den garantías de haber cumplido con los chequeos recomendados por las autoridades de salud.
Diario La Hora intentó contactarse con la dirigente de este grupo, pero no hubo resultados positivos. Por su lado, la Intendencia de Policía continuará con los controles en los centros de tolerancia para verificar el aforo y respeto de horarios. (JD)