Margarita busca mejores días para su familia

LABOR. Margarita y Lupita trabajan en el reciclaje.
LABOR. Margarita y Lupita trabajan en el reciclaje.
Andrea Giler Salinas
Estudiante de la Escuela
de Comunicación de la PUCE-SD

 

En la puerta de entrada a uno de los locales de venta de víveres, ubicado en la calle Portoviejo, en Santo Domingo, siempre está Margarita, pendiente de cada caja de cartón que le sirva para reciclar.

Tiene 56 años y es madre soltera. Su única hija, Lupita, ha sido su pilar para salir adelante. Antes era empleada doméstica, pero con la llegada del COVID-19 perdió su trabajo y se vio obligada a recoger cartones. Se dedica al reciclaje, en promedio gana 30 dólares mensuales, es decir, que sobrevive con un dólar diario.

Recibe los cartones que le donan y los acomoda en un triciclo pequeño, para llevarlos hasta un local de acopio cerca al mercado Municipal. “Hay mucha competencia en esta zona y es difícil conseguir el producto”, comentó.

Subsistencia

 Quedó huérfana de madre cuando tenía un año y su padre se encargó de su crianza, pero también falleció de un derrame cerebral, cuando ella era adolescente.  Se vio obligada a dejar sus estudios y empezar a trabajar para sustentarse.

Sus primeros trabajos no fueron muy buenos, al ser muy joven era mal remunerada y explotada en su horario. Incluso había ocasiones en que sus jefes se querían sobrepasar con ella y por miedo dejaba el empleo.

Estos últimos meses han sido muy difíciles para ella, debido a que su hija tuvo un bebé y el padre no se quiere hacer responsable de ninguna de las dos. Margarita se esfuerza para que Lupita no deje sus estudios.

Entre las dos se turnan para cuidar al infante. Se encuentra buscando un empleo estable para costear los gastos del nuevo integrante de la familia. A pesar de contar con experiencia laboral en los servicios de empleada doméstica no encuentra oportunidades de trabajo.

El dato
Las dos mujeres buscan un trabajo estable, para salir adelante.