La nueva edificación se construyó con el aporte económico de los concordenses, la Conferencia Episcopal, entre otros.
En el año de 1975 se fundó el primer templo católico en La Concordia, se lo denominó iglesia ‘Santa Teresita’, con el paso de los años se fue mejorando la infraestructura. En el terremoto de abril de 2016 sufrió la caída del techo y otros pilares.
Javier Iñiguez, párroco de este cantón en ese entonces, dispuso su derrocamiento y emprendió una severa campaña para lograr apoyo y empezar la construcción de una nueva iglesia, que finalmente fue inaugurada en el 2018, cambiándole incluso el nombre a ‘Sagrados Corazones’.
Con aporte ciudadano, de la empresa privada, así como de la Conferencia Episcopal, la Curia, la congregación de los Sagrados Corazones y ayuda internacional se logró construir la iglesia.
“El sismo nos dejó sin iglesia, sin embargo, con mucha perseverancia y un apoyo increíble de personas naturales, autoridades e instituciones, pudimos ver cristalizada la nueva construcción, como una obra de infraestructura que hoy es orgullo de los concordenses”, sostuvo Javier Iñiguez, que actualmente continúa su vida religiosa en Quito.
Los concordenses recuerdan que mientras se edificaba la iglesia, las misas se daban en la plazoleta de la parroquia, que fue adecuada para que los feligreses asistan a escuchar la palabra de Dios.
El salvador
El padre Abdón Palma, quien reemplazó a Iñiguez en el mando de la parroquia eclesiástica, dijo que la nueva iglesia es un sitio de mucha espiritualidad en donde convergen las personas que buscan a Cristo como el salvador de sus vidas.
«Nuestra iglesia representa el cuerpo de Cristo en la tierra», indicó. (JAR)