Por segundo año consecutivo, esta fecha se recordará en medio del confinamiento.
El segundo domingo de mayo 2021 no será igual a épocas pasadas. La pandemia evitará muchos abrazos entre madres e hijos, ya que rige el toque de queda y están prohibidas las reuniones sociales.
Algunos optarán por una llamada telefónica, videollamada o chat para felicitar al ser que los trajo al mundo. Otros únicamente tendrán la opción de elevar oraciones para pedir por el eterno descanso de sus progenitoras.
Llantos
Se ha confirmado que la pandemia por el Covid-19 ya cobra 614 vidas en Santo Domingo de los Tsáchilas, (estadísticas referentes al corte del 3 mayo). Entre los integrantes de esta lista también existían madres de familia, cuyos hijos y demás familiares aún lamentan sus partidas.
Innumerables historias destacan en estas fechas, unas de felicidad y otras de tristeza. En los exteriores de los hospitales muchos hijos esperan noticias sobre la evolución de sus madres, pero no todas son buenas.
Esta semana Jessenia Ortega perdió a su progenitora a causa del coronavirus, quien batalló más de 15 días en una casa de salud. La mujer de 67 años estaba internada y era una de las tantas personas que esperaba por una cama UCI, pero sus fuerzas se apagaron antes de ser intubada.
“No hay palabras para describir lo que siento, este año no tengo madre para festejarla. Ni siquiera pude despedirme porque la caja salió sellada y directamente al cementerio”, expresó la hija de Mariana (+).
Carlos Moncada radica en Santo Domingo y todos los años viajaba al cantón Daule para celebrar con su madre. “Ahora no se puede y lo más seguro es llamarla. Podría viajar el viernes, pero no quiero arriesgarme porque nadie sabe si soy portador del virus y la infectaría”.
Lejos de su tierra
Muchas personas extranjeras, sobre todo venezolanos radican en Santo Domingo y ahora recuerdan con nostalgia esta significativa fecha. “Todos nos reuníamos en la casa de mi abuela materna, se hacía un almuerzo y compartíamos”, Adriana Tobar.
María Giménez también es de Venezuela y no olvida que preparaban asados entre sus familiares. “Ahora estamos acá, afortunadamente tengo a mis hijos conmigo”. (JD)