Los pobladores han cerrado la vía en reiteradas ocasiones. Exigen ayuda de las autoridades.
Bloquear el acceso al punto poblado de Brasilia del Toachi fue una de las últimas medidas adoptadas por los habitantes de este sector santodomingueño.
En el lugar funcionan algunas empresas de material pétreo. El peso de las volquetas ha deteriorado la calzada de las calles, haciendo que las mismas sean intransitables y que generen daños a los carros livianos.
Marcelo Ordoñez es uno de los dirigentes que participó en la medida de protesta, ya que considera que las autoridades de turno se han olvidado de las promesas que realizaron durante la campaña.
“A partir de las cuatro de la mañana empiezan a transitar las volquetas. Aquí nadie nos ayuda, hemos hablado con los dueños de las empresas para que colaboren con el mantenimiento de las calles, pero no lo hacen”.
Postura
Ramón Betancourt, presidente del sector, dijo que los diálogos no han dado resultados y por eso optaron por cerrar el paso a la urbanización Brasilia del Toachi.
“Somos personas pacíficas y trabajadoras. Hemos ido a hablar con los representantes de las empresas y nos han sumillado documentos, pero nunca dieron oídos a nuestros pedidos”.
Las personas también reclaman por la erosión que existe sobre el río Toachi. A decir de ellos, las empresas extraen materiales del afluente y temen que esto cause problemas graves en el sector.
Más quejas
La demora en la ejecución del alcantarillado es otra de las quejas. Según los moradores hace tres semanas no se trabaja en proyecto, causando inconvenientes en esta urbanización.
Betancourt dijo que varias viviendas presentan fisuras en las paredes, afección que se daría por el paso de los vehículos pesados. Además, hizo un llamado de atención para que se de mantenimiento al puente, “No descartamos poner acciones legales para que nos indemnicen”.
Inseguridad
Otros moradores indican que el lugar se ha puesto peligroso, sobre todo en horas de la noche. Demandan la presencia de la Policía Nacional para que realicen patrullajes más continuos.
“Vienen de otros lugares, roban y se van. Eso no es de ahora, pero lastimosamente no hemos tenido respuestas de los entes correspondientes”, dijo uno de los habitantes, quien prefirió no revelar su identidad. (JD)