Los modelos más asediados por los delincuentes son la Mazda BT50 y el Hyundai Tucson.
A diario se reporta el robo de carros y motocicletas en Santo Domingo de los Tsáchilas. Las personas no tienen confianza para dejar sus medios de transportes en la vía pública, pues temen ser víctimas de las bandas que se dedican a este delito.
Las cifras se han disparado porque en lo que va del 2021 se refleja el 79% más de casos en comparación al 2020, año que es catalogado como atípico por el confinamiento.
Hasta el momento se hay 280 denuncias por robo de carros y 197 por motos. La policía logró la recuperación de 63 medios de transporte y la detención de 21 personas por estar involucradas en este delito.
Durante el 2019 se reportaron 258 casos de robo de vehículos y en el 2018, 191.
Kléber López, jefe provincial de la Policía Judicial (PJ), puntualizó que este problema no solo ha subido en la tierra tsáchila, sino que en todo el país. “Los delincuentes demoran entre 40 a 50 segundos para abrir, encender y llevarse un vehículo”.
Ocho organizaciones dedicadas al robo de carros fueron desarticuladas durante los meses transcurridos del presente año. El 95% de estos delitos se comenten en la zona urbana y el 5% en la parte rural.
Más detalles
El 98% de los casos ocurren con vehículos que son estacionados en la vía pública, motivo por el que se recomienda a la ciudadanía dejarlos en parqueaderos privados o seguros.
El 2% restante se da bajo la modalidad de asalto y robo. Estos casos se reportan más en las redes estatales y el blanco principal son los transportes públicos y camiones de carga.
A la par con otros delitos
López asegura que son organizaciones porque los integrantes cumplen diferentes funciones. Por ejemplo, hay personal que violenta las seguridades del carro, otros que extorsionan a la víctima para obtener dinero a cambio de la devolución y quienes caen en la receptación al encargarse de esconder los medios de transporte.
A Santiago C., le robaron su carro cuando lo dejó estacionado en una calle de la urbanización Los Rosales. “Pagué dos mil dólares, pero me llegó sin la pantalla del radio. Di el dinero porque me presionaban mucho y no quise meterme en problemas con delincuentes”. (JD)