Dayana le apostó a la venta de obleas

INICIATIVA. Dayana encontró una oportunidad de trabajo con el emprendimiento.

Andrea Giler Salinas

Estudiante de la Escuela

de Comunicación de la PUCE-SD

 En las puertas de ingreso a las unidades educativas de Santo Domingo es común observar todo tipo de vendedores ambulantes. El que ofrece algodón de azúcar, granizado, helados o los que venden posters y juguetes. Todos esperan la hora de salida de sus compradores favoritos, los estudiantes.

Una de las comerciantes es Dayana Día. Es venezolana y tiene 23 años de edad, vende obleas en un carrito. Su rutina empieza a las 07:00 con la preparación del producto. A las 11:00 se dirige a la unidad educativa Julio Moreno Espinosa.

Dijo que salió de su país como lo han hecho todos sus compatriotas. Le tomó cinco días llegar a Ecuador, con su esposo e hija. Aquí la esperaban sus dos hermanos mayores y su mamá.

Al llegar trabajó en una zapatería, pero no aguantó la manera como la trataban.

Emprendimiento

Con la reapertura de las clases se le ocurrió emprender. Con mucho miedo compró con su último sueldo un carrito de obleas, invirtiendo 130 dólares.

Carlos Muzzioti, su esposo, decidió participar en el emprendimiento. Por lo general visitan las unidades educativas del centro de la ciudad.

En su país de origen, Dayana tenía un miniparque de juegos, contaba con un castillo inflable, un carrito de batería y un trampolín, pero muchos clientes no disponían de efectivo y las transferencias no se completaban por la falta de internet. Esto causó que el negocio no pudiera continuar.

A pesar que ha tenido una buena acogida en el país, sueña con algún día poder regresar a Venezuela junto a su familia. Sin embargo, resulta algo complejo de imaginar.

Ecuador alberga la tercera parte de la comunidad de venezolanos, con cerca de 514.000, solo superado por Colombia y Perú, según los últimos datos difundidos por la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

El dato
Las obleas son hechas con harina de trigo y agua, van rellenas de manjar o mermeladas.