En el Centro de Rehabilitación Social, (CRS), Bellavista de la provincia Tsáchila, hay 2.012 personas privadas de libertad, (PPL),1.903 varones y 109 mujeres, divididos en pabellones de mínima, mediana y máxima seguridad.
De estos un gran número están involucrados en los proyectos que se llevan adelante, como parte de la rehabilitación, que en su mayoría son apoyados por instituciones públicas y privadas.
Edgar Chérrez, director de CRS, indicó que ante el poco presupuesto que se designa a los centros de rehabilitación del país, la autogestión es parte fundamental para poder conseguir que los PPL tengan una rehabilitación digna y ocupen su mente en algo productivo.
Una de las instituciones que se ha sumado a esta cruzada, es la Cámara de Comercio de Santo Domingo en coordinación con el gobernador Adrián Granizo quien realizó la autogestión. Se ha entregado insumos, así como colchones para el pabellón de mujeres.
Tatiana Montero, directora ejecutiva de la Cámara de Comercio, manifestó que la obra social debe ser para todos. «Los privados de libertad deben tener una actividad que les ayude a identificar sus habilidades».
Otra de las instituciones que ha colaborado es el Gobierno Provincial, con maquinaria para el arreglo de la vía principal, mientras que con el Municipio realizan una serie de capacitaciones y proyectos.
Con menos conflicto
Chérrez, especificó que el CRS Bellavista es uno de los centros con menos conflictos. Se refirió al amotinamiento que se dio en varias cárceles del país en marzo, mientras que acá no hubo novedad. «Esto en base al trabajo que se ha desplegado en rehabilitación», recalcó.
En los dos años que lleva Chérrez como director, manifestó que su peor experiencia fue la intoxicación de diez privadas de libertad, que ingirieron alcohol antiséptico mezclado con gaseosa. Dos de ellas fallecieron, y las otras recibieron asistencia médica, recuperándose satisfactoriamente. Caso que se encuentra en investigación por parte de Criminalística y Fiscalía. (IJ)