Enfarma prometía soberanía farmacéutica, pero solo dejó millonarias pérdidas

El desorden y el manejo irresponsable aún no permiten la liquidación de la empresa estatal, hasta la fecha. Solo en 2014, según Contraloría, las pérdidas fueron de $13 millones.

El expresidente Rafael Correa creó, en diciembre de 2009, la empresa pública Enfarma, con la promesa de conseguir la soberanía farmacéutica del Ecuador. Es decir, esa institución debía ser la responsable de asegurar el acceso a medicamentos de calidad y a bajo costo para los ecuatorianos.

Sin embargo, apenas siete años después de la creación, el mismo Correa ordenó el cierre, a través de un decreto ejecutivo. El actual primer mandatario, Lenín Moreno, ratificó esa decisión, en abril de 2018, y luego emitió un segundo decreto de extinción de la empresa, el 9 de mayo de 2020.

El problema es que, hasta la fecha, luego de más de tres liquidadores, el avance del proceso sigue siendo lento.

Desorden por todos lados

Según el informe de la Contraloría, publicado en febrero de 2020, las demoras son resultado del calamitoso desorden de la empresa pública Enfarma, donde se encontraron expedientes incompletos, servidores de otros períodos sin liquidar, contratos de compra y venta de medicamentos pendientes de regularizar, entregas de fármacos sin documentos de respaldo, e inventarios desactualizados.

LA HORA pidió información, hace más de dos semanas, sobre el estado de los procesos de cierre de varias entidades, incluida Enfarma, pero desde el Gobierno Nacional no se ha dado respuesta, a pesar de que todo trámite debe estar terminado hasta agosto de 2021.

En su momento, Esteban Ortiz, exgerente de la empresa pública, aseguró que además de las falencias en el manejo, el proyecto naufragó por las presiones de la industria farmacéutica ecuatoriana y de las multinacionales, así como por la falta de voluntad política de ciertas instituciones públicas.

En ese último punto, la Agencia Nacional de Regulación y Control Sanitario (Arcsa) tuvo mucho que ver. Ese organismo se demoró más de un año y medio en emitir el registro sanitario para productos diseñados por Enfarma, y negó la ejecución del único estudio clínico de seguridad y eficacia de la primera vacuna pentavalente hecha en Ecuador.

El resultado final es que el país, en medio de la pandemia de la Covid-19, no pudo disfrutar de las ventajas que habría representado una infraestructura adecuada para la fabricación de medicinas e insumos médicos. (JS)

Pérdidas millonarias

Durante su existencia, Enfarma fue víctima de manejos irresponsables y cambios constantes a nivel de administración y de visión estratégica, con un presupuesto que sobrepasó los 100 millones de dólares.

A pesar de esa disposición de recursos, las pérdidas se acumularon desde el comienzo, pero el desorden de las cuentas y registros no permite tener cifras claras hasta el momento. Mediante el análisis de varios informes de Contraloría, sin embargo, se pueden rastrear algunas pistas del desastre.

El fracaso de Enfarma dejó en el aire a 30 proyectos de investigación, en temas como descubrimiento de nuevos fármacos, biodescubrimientos, ensayos clínicos, entre otros.

Así, la empresa tuvo ocho gerentes, es decir, ninguno duró un año completo. Además, al inicio se enfocó en la fabricación de fitofármacos derivados de plantas y vegetales, pero luego cambió la prioridad a biosimilares, resultado de biotecnología.

Un estudio elaborado por la Plataforma por el Derecho a la Salud, Fundación Donum y el Centro de Derechos Económicos y Sociales (CDES), estableció que se  “contó con recursos millonarios, pero no se logró aprovechar para generar un buen desempeño financiero o consolidar la inversión en desarrollo e innovación”.

Marcados por malas administraciones, desde el inicio

  • Entre 2014 y 2015, el nivel de ejecución de Enfarma alcanzó el 31% del presupuesto, siendo los gastos de inversión los de menor desempeño (17%).
  • En sus inicios, la disposición de recursos fue de $108,89 millones, con lo cual se consolidó el giro del negocio hacia la comercialización de biológicos y oncológicos.
  • En 2014 se registraron ventas por $24 millones, pero se tuvo que recibir $37 millones desde el Estado para cubrir costos; lo que quiere decir que solo en ese año las pérdidas habrían llegado a los $13 millones.
  • En 2015 se proyectó una facturación de $45 millones en medicamentos a la red pública, pero apenas se llegó a los $12,2 millones.
  • Cuando se hizo el primer anuncio de cierre, en 2016, Enfarma tenía deudas de más $13 millones con proveedores, sobre todo laboratorios farmacéuticos privados.

Con la inversión de más de $108 millones, con pérdidas de $7 millones cada uno de los siete años, alcanzaría para comprar el 79% de los 18 millones de vacunas contra la Covid-19.