Otra vez, ¿equivocarnos?

Científicamente demostrado, en el cerebro existen dos circuitos, uno incorpora conocimientos y otro procesa equivocaciones. Este último detalla fallos entre lo deseado y lo que realmente sucede, los memoriza para utilizarlos en el futuro. Curiosamente, ese centro de errores requiere acumular fallos para comenzar a actuar, el tiempo no es exacto, pero tiene un límite de acumulación.

Un sector de ecuatorianos demora y mucho en ese proceso, será, como dice Freynman (premio nobel de Física) “hay gente que tiende a engañarse y lo hace, con mucha alegría”.

A un mes del proceso eleccionario muchos están peligrosamente extraviados y olvidan los hechos de mentira, cinismo y corrupción, para ellos el mensaje.

Recordemos, nefastos ministros de educación del correato crearon con actitud populista, réplicas de colegios, nacieron sin identidad, con nombres tradicionales y emblemáticos, para apaciguar y atraer.

Uno de ellos, el Central Técnico de Quito, prestigiosa y popular institución estuvo en lista. Se acercaron, determinaron la inversión y aunque era la época de plena bonanza, lo abandonaron. No hubo réplica, ni mantenimiento.

Olvidaron y desconocieron a la educación técnica, ignoraron estudios de la CEPAL y su pronunciamiento: “la pobreza y la desigualdad se combate con el aumento de ingresos a los hogares; es necesario incluir políticas para beneficiar el desarrollo individual y social”.

Apunten, candidatos: es prioridad revalorizar la educación técnica, se beneficia al menos al 64% de la población, de clase media y baja. Olvídense de ofrecimientos superficiales y demagógicos, piensen que la educación es demasiado importante para dejarla sólo en manos del gobierno.

Quizá para que se entienda mejor, utilizo quiteñismos que pueden dañar el idioma, pero directos, para que no “metan la pata” o si quieren: “darán haciendo” y si nadie cumple, a todos: “darán protestando”.

Otra vez no deseamos oír, “nos equivocamos”.