Detección temprana de Talla Baja evita daños en la salud

Impacto. La Talla Baja se evidencia en la estatura, pero impacta al desarrollo integral del organismo.
Impacto. La Talla Baja se evidencia en la estatura, pero impacta al desarrollo integral del organismo.

Un grupo de especialistas ecuatorianos presentaron el Primer Protocolo para la Detección y Seguimiento Oportuno de Talla Baja en Ecuador

Ayer se conmemoró el Día Mundial de las Personas de Talla Baja, una fecha que invita a conocer los desafíos y oportunidades que implican los trastornos del crecimiento en el mundo.

El doctor Carlos Solís, clínico endocrinólogo, señala que en Ecuador no existen estadísticas actualizadas sobre esta problemática, pero “creemos, según datos del 2013, de organismos internacionales, que uno de cada cuatro niños tiene Talla Baja como motivo de consulta en el Ecuador”.

Por eso, Solís es coordinador del grupo de 16 especialistas que generó el primer ‘Protocolo para la Detección y Seguimiento Oportuno de Talla Baja en Ecuador’, cuyo objetivo es llenar un vacío en la orientación a los tratantes “sobre una condición desatendida y poco investigada en el país”.

No afecta solo la estatura

La Talla Baja define un grupo de trastornos que tienen diferentes tipos de diagnósticos y que deben ser de investigación tanto por el personal sanitario preendocrinológico (médico familiar, médico general o pediata) como por los especialistas.

Si los médicos no cuentan con una guía para la detección oportuna no será posible tomar decisiones adecuadas ante la sospecha de un niño con Talla Baja que, detalla Solís, no es un problema exclusivamente de estatura y no se limita a un factor estético. Esta condición multifactorial, puede tener un origen genético, ambiental, nutricional y, en algunos casos, hasta desconocido (Talla Baja Idiopática, TBI), y es un padecimiento que afecta al desarrollo integral del paciente con múltiples repercusiones en la salud, como defectos cardíacos, obesidad, infertilidad, retraso en el desarrollo del cerebro y desafíos en el aprendizaje y otras anomalías en la formación de varias partes del cuerpo.

Cambio. La falta de infraestructura complica el acceso de las persona de Talla baja a algunos servicios.
Cambio. La falta de infraestructura complica el acceso de las persona de Talla baja a algunos servicios.

Detección en la infancia

Uno de los principales inconvenientes de no contar con un protocolo es que muchas personas son detectadas en la pubertad y no durante la niñez. Solís indica que Ecuador cuenta con la hormona del crecimiento. “Lo que sucede en la práctica es que la consulta con el especialista demora y cuando no llegas investigado adecuadamente, generas un tiempo en el que debes pedir una serie de exámenes que es lo que queremos cambiar y mejorar ya sea en los hospitales de salud pública o del IESS”.

En Ecuador, para tratar este trastornos se utilizan curvas que se aplican a menores de cero a dos años recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El protocolo propone que se conserven, pero que pasados los dos años se utilicen las curvas de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC), de Estados Unidos, que tienen un mejor estimación del desarrollo de un individuo, pero que Ecuador no utiliza.

Personas que miden menos de 1 metro 34 centímetros están considerados dentro del grupo de discapacidad física.“Lo que deseamos es que los niños lleguen con un curvograma debidamente realizado, una radiografía de mano solicitada, con exámenes básicos para que seamos nosotros (endocrinólogos) los que continuemos con el proceso de investigación”, agrega Solís, quien detalla que es este proceso es el que no pasa de manera efectiva en el primer nivel de atención (médico general, pediatra, médico familiar, médico rural) “si no entrenas a este grupo para tener una visión y suspicacia clínica sobre un trastorno, estamos perdiendo tiempo”, recalca Solís.

La infancia es la etapa crítica para el diagnóstico y seguimiento de los trastornos del crecimiento, por eso, son también los padres los que no deben descuidar los controles médicos de los pequeños.

Con el primer protocolo de Talla Baja, se integran los esfuerzos entre las diferentes áreas como neonatología, pediatría, medicina familiar, medicina general y endocrinología, para una valoración eficaz de cada paciente para su tratamiento oportuno. “En el mundo científico del Ecuador, estamos viviendo etapas de transición que son positivas. En cinco años, probablemente, podremos tener una información más confiable sobre la realidad de esta condición en nuestro país”, concluye Solís. (AVV)

Talla baja, un tipo de discapacidad física

Xavier Torres, Presidente del Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades (Conadis), señala que la Talla Baja es un tipo de discapacidad física que va desde la acondroplasia (el tipo más común de enanismo con miembros más cortos de lo normal); la hipocondroplasia; el síndrome de Larón y síndrome de Turner. “Todas estas son causas genéticas, que pueden afectar muchos órganos internos y externos”.

Estimaciones de especialistas ecuatorianos detallan que el 95% de la población, por lo general, está en el promedio de la talla con respecto a su edad y sexo.Torres agrega que a la falta de detección temprana se suman problemas sociales como la discriminación. Ante esto, María José Aguinaga, quien nació con acondroplasia genéntica, fundó el proyecto ‘Gente Pequeña Ecuador’, con el que busca generar conciencia sobre el respeto hacia personas con estas condiciones.

Otro de los objetivos, señala Aguinaga, es visibilizar los problemas de infraestructura a los que las personas de Talla Baja se enfrentan diariamente. Por ejemplo, subir a un bus, ir a un cajero automático, solicitar atención o información en una oficina.