Peor

Si el país estuvo mal, ahora está peor. Despidos masivos con sumo irrespeto al trabajador que, luego de muchos años de trabajo, el ‘bondadoso’ empleador le tira en la cara cien o doscientos dólares, mientras que a los que se quedan les rebajan el sueldo a la mitad, tal como quieren el neoliberalismo, el FMI y los famosos asesores económicos del gobierno. Hoy más que ayer se han incrementado las injusticias sociales, y las desigualdades son más enormes que nunca. Filosofía y práctica de las derechas que se odian por malos repartos económicos y políticos y que se unen para las elecciones.

Tanta es la podredumbre moral que lo injusto se convierte en santo, que los ladrones corruptos, en su mayoría, se transforman en candidatos o viajan al exterior en calidad de perseguidos políticos, mientras que otros van a la cárcel por horas, les imponen medidas sustitutivas, en tanto que jueces innombrables condenan a una persona de la tercera edad a ocho años de cárcel por un “peculado” de 700 dólares.

Los privilegios aumentan en proporción geométrica a la crisis económica para asambleístas, altos funcionarios del gobierno y hasta jueces con carnets de discapacidad; pero los posgradistas a quienes, en plena pandemia, llamaron héroes, tienen que salir a las calles a reclamar sus legítimos derechos y son reprimidos con fiereza por los policías. Al fin, a policías y militares les pagan puntualmente sus sueldos para que acaben con los inconformes, pero estos no acabarán jamás, así la Plaza Grande sea cercada con vallas y alambre de púas.

El circo continúa en plena campaña electoral. Peor le irá al país con tanto candidato lobo, disfrazado de oveja. El pueblo, como caperucita roja, siempre engañado, con hartazgo politiquero, con sueños rotos, con hambre, siempre para peor.

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