Educación virtual: Un reto al que todos buscan acoplarse

ESTUDIANTES. Deben ajustarse a sus diferentes realidades para acceder a la educación.
ESTUDIANTES. Deben ajustarse a sus diferentes realidades para acceder a la educación.

Los padres de familia intentan organizarse entre la falta de internet, falta de tiempo por empleo y otras necesidades.

En lo que significó el primer día de clases de forma virtual en la región Costa, para muchos padres de familia esto significó una responsabilidad mayor de la que por sí ya tienen debido a la pandemia.

Y es que en el caso de algunas madres tuvieron que vérselas entre la responsabilidad de su empleo y el hecho de tener que lidiar con las clases de sus hijos, ahora desde casa.

Erika Rivera es una de ellas. La fémina es funcionaria pública, por lo que todas las mañanas debe de dirigirse a su empleo, pero con la incertidumbre y la preocupación de saber que sus gemelas tienen dificultad para conectarse mediante internet a fin de recibir clases.

“Todo esto es nuevo para ellas y para mí. En esta difícil situación nadie está en condiciones de perder su empleo, así que debo acudir a mi trabajo, porque con eso solvento la educación y alimentación de mi familia. Otro de los problemas es que solo tenemos una computadora portátil y tenemos que dividirlas entre ellas para sus estudios y yo para mi trabajo”, expresó la madre soltera, quien está evaluando la posibilidad de pedir a un familiar que se encargue de sus hijas hasta que ella pueda llegar a casa de su jornada diaria.

Dificultades

En otros casos, el internet sigue siendo un problema, pues no todos tienen, menos ahora que esta pandemia ha mercado prácticamente todas las posibilidades. Por eso, a la pequeña Merlilyne no le queda otra alternativa que recorrer varias viviendas de su sector para pedirles a sus vecinos que al menos les permitan conectarse por wifi por una hora, sin importar que deban permanecer en los portales o escaleras. Hasta los extranjeros que tienen a sus hijos en planteles fiscales, sienten las dificultades en este tipo de educación. A Yessika Guerrero no le quedó más que dejarles su celular a sus dos pequeños, para que así puedan conectarse a las aplicaciones por donde se emiten las clases.

“Por medio de ese celular llamaba a una vecina para saber cómo estaban mis hijos, pero ahora todo se me dificulta, estoy desconectada y no tengo dinero para comprar otro, ni tampoco para contratar internet. Afortunadamente una vecinita me está ayudando con el wifi, pero me comprometido en reconocerle un valor mensual”, dijo.

Un caso similar es el de Sandy Cugilán, quien tiene internet gracias al que le proporciona la dueña de la vivienda donde alquila. “La computadora tiene la pantalla dañada, lo mismo mi celular, así que en nuestro caso la solución es colocar una cámara web en el televisor, y descargar la aplicación de Zoom al mismo dispositivo, para que mi hija visualice sus clases por el televisor. Pero la cámara cuesta 40 dólares y hay que ver de dónde se consigue el dinero.

Se las ingenian

En los barrios y sectores, pese al riesgo de nuevos contagios, grupos de hasta cuatro y cinco niños, aprovechando que son compañeros del mismo curso, se congregan en una sola vivienda donde existe computadora e internet, para así escuchar las clases. “Es la única alternativa que tenemos, no hay cómo más educar a nuestros hijos porque mi esposo ni trabajo tiene para contratar internet”, expresó Juana Pilay, madre de dos menores quienes acuden hasta la vivienda de su vecina durante una hora.

En tanto que para quienes sí poseen conexión a la web, lamentan que, entre las desventajas de esta educación virtual, está el colapso del internet.

Otras perspectivas

Otros padres, con tiempo previeron el actual panorama y gracias a unos ahorros, adquirieron los servicios de internet y compraron celulares, computadoras y tablets. Cristhian Rizzo cuenta que afortunadamente en Babahoyo algunas empresas de internet están dando facilidades y no están cobrando la instalación, sino solo la mensualidad que oscila entre los 25 dólares.

“Es verdad que este gasto no estaba dentro de mi presupuesto, pero hay que hacer un esfuerzo por la educación de sus tres hijos. Los celulares adecuados para las clases, están en 200 dólares de paquete, mientras que las computadoras, tanto de mesa como portátil, de 300 dólares las más básicas”, detalló.

Por su parte Tomás Gonzabay refiere que las clases virtuales para él representan un ahorro significativo, pues normalmente le daba 1,50 diario a su hija para la escuela, más el pasaje, más el uniforme, zapatos, maleta, útiles escolares y otros insumos educativos. “Ahora que estoy sin trabajo. Además, que mi pequeña no se expone al salir y cuenta con el cuidado de su madre”, detalló

Teniendo en cuenta que el internet es uno de los principales problemas, en el Distrito de Educación que integra las jurisdicciones de Babahoyo, Baba y Montalvo, en reunión del COE Cantonal. El director Celso Ochoa, solicitó a las alcaldías extender redes de internet a los sectores rurales.

Según Monserrat Creamer, ministra de Educación, solo el 30% de los estudiantes tienen acceso al internet y el otro 70% no. A decir de ambas autoridades esto no significa que no tendrán acceso a la educación, puesto que se entregarán fichas pedagógicas en los domicilios o, los padres de familia podrán obtenerlas a través de la plataforma digital del Ministerio de Educación en algún centro de cómputo. (NDA)