El trabajo infantil ronda La Mariscal

ESCENARIOS. Los chicos toman protagonismo en familias que se dedican al comercio informal.
ESCENARIOS. Los chicos toman protagonismo en familias que se dedican al comercio informal.

La luz del sol se esconde poco a poco mientras los colores neón y la música se toman el ambiente. Con la llegada de la noche, no solo se dan cita cientos de parejas y amigos para disfrutar de la vida nocturna de La Mariscal; las calles también se convierten en un punto de movimiento económico desde las afueras de las discotecas, los bares y otros centros de diversión.

Es este potencial de comercio, que ha creado la vida nocturna en la zona, lo que mantiene a Maritza S. (nombre protegido), de 10 años, en las calles de La Mariscal con una funda de dulces en la mano.

La pequeña se acerca a grupos de amigos que conversan en las afueras de los centros de diversión. “Colabore comprando, colabore”, son algunas de las palabras que pronuncia. Algunos lo ignorany otros le compran o le dan una moneda.

Paúl Tuquerres es promotor comunitario de proyectos de habitantes de calle en la Casa del Hermano. A él lo acompaña Pamela Chasi, asistente técnica del Centro de Erradicación del Trabajo Infantil (Ceti) La Mariscal). Ellos realizan, viernes y sábados, abordajes en La Mariscal para reconocer las problemáticas de la zona. Invitan a las familias y a los chicos a proyectos sociales que permitan reincorporarlos en el área educativa.

Esta vez, para hablar con Maritza S., fue Chasi la encargada de dar el primer paso: -“¿Qué haces por aquí otra vez?”, pregunta Chasi a la pequeña, sin recibir respuesta. Poco a poco, Maritza retrocede, algo asustada –“Mira, te presento a unos amigos. Quieren ver si estás bien y saber por qué no has ido al ‘Guagua quinde’”.

-“Ya le voy a buscar a tu mami para decirle que te lleve al albergue. Ahí te extrañamos”, es lo último que dijo Chasi antes de que la pequeña se alejara por completo.

Chasi ha trabajado alrededor de 13 años en el Ceti, que, hasta la administración municipal pasada, tomó el nombre de ‘Guagua quinde’. Los años que ha laborado en la zona le han hecho conocer muy bien a la niña.

“Ella viene a vender en este sector con la mamá y el hermano. “Su progenitora no quiere que sus pequeños formen parte del Centro”, afirma la asistente del Ceti.

Hace unos meses, incluso tuvieron que intervenir con la Dirección Nacional De Policía Especializada Para Niños, Niñas Y Adolescentes (Dinapen) a la madre para llevar un proceso judicial.

ATENCIÓN. Personal del Ceti realiza abordajes los fines de semana para promover proyectos sociales de reinserción.
ATENCIÓN. Personal del Ceti realiza abordajes los fines de semana para promover proyectos sociales de reinserción.

Más casos
Caída la noche, no es difícil encontrar casos de trabajo infantil o mendicidad en La Mariscal. Tuquerres explica que muchos de los chicos que comercializan, así como Maritza, cumplen un papel de mendicidad encubierta.

Mientras caminaba, a un lado de la Plaza Foch, una familia con dos pequeños empezaba su jornada de labor en la zona. Tuquerres buscaba acercarse al niño cuando estaba solo.

29%
de los menores indígenas se encuentra en condiciones de trabajo, según el INEC.-“Hola. ¿Cómo así por aquí? ¿Cómo te llamas?”, le pregunta, mientras él empieza a alejarse para buscar a su madre. Inmediatamente se da la vuelta y se va. Tuquerres logró, después de tres intentos, hablar con la familia sobre las opciones que tenían para dejar de llevar a sus hijos a las calles a trabajar.

-“Madre, mire. Aquí está la tarjeta del Centro, usted tiene que comunicarse el lunes para que pueda llevarles a los ‘guaguas’. No vale que estén aquí recibiendo frío”, expresó Tuquerres.

Para él, es complicado analizar la problemática completa, más allá del trabajo infantil. Indica que detrás del niño que trabaja en las calles hay problemas de fondo, como violencia intrafamiliar, adicción a sustancias ilícitas de familiares y hasta trata de niños.

El experto detalla que los chicos que se desarrollan gran parte de su vida en la calle, entran a un proceso de “callejización”. “Esto quiere decir que pueden tomar actitudes y acciones delictivas. Es difícil reinsertarlos o traerlos a espacios como el Ceti”.

Realidad
Las calles de La Mariscal no son las únicas zonas de Quito donde se observa el trabajo infantil. Tuquerres cuenta que en lugares como el Mercado Mayorista, el la labor de los pequeños toma otro rumbo: “ingresan a los camiones los días de feria, en la madrugada, para preparar los productos que serán vendidos. Hay familias que viven en “algo parecido a covachas, que les alquilan”.

En el Distrito, según un estimado de la Secretaría de Inclusión, existen alrededor de 13.000 niños, niñas y adolescentes en situación de trabajo infantil.

EL DATO
En La Mariscal también hay gran cantidad de adolescentes que se dedican al comercio informal. Lo población indígena es la que más presencia tiene en esta problemática. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, el 29% de menores indígenas trabajan; esto, frente a un rango de entre el 3% y 7% en poblaciones mestizas, negras y montubias.

Daniela Peralta es funcionaria de la Unidad Patronato Municipal San José. Se encarga de proyectos como los Ceti y el tratamiento de situaciones en calle. Especifica que “La Mariscal es una zona donde el trabajo infantil ha estado presente debido al movimiento económico de la zona; sin embargo, reconoce que no es el único sector que sufre de esto”.

La Unidad Patronato Municipal San José cuenta con un total de cuatro Centros de Erradicación del Trabajo Infantil en la capital, ubicados en El Tejar, La Mariscal, el Mercado Mayorista y el Centro Histórico. Este año buscan la construcción de un Ceti más en el sur, “cerca del Padre Carollo”, para llegar a una mayor población. (ECV)