A Quito le faltan obras para ser ciudad inclusiva

TRASLADO. Las aceras de la capital pueden representar un recorrido lleno de riesgos para las personas con discapacidad.
TRASLADO. Las aceras de la capital pueden representar un recorrido lleno de riesgos para las personas con discapacidad.

“Cierra los ojos. Solo escucha mi voz y quédate parado ahí donde estás”. Con el último haz de luz que ingresa por los ojos se ve el rostro de Jorge Chicaiza, de 24. “Te voy a guiar a través de mi mundo”, dice, un mundo que es suyo. Desde niño aprendió a moverse en las penumbras.

Los sonidos de una movida ciudad son cada vez más fuertes. De repente, el pito de un auto es más audible; el susurro de dos personas es una conversación clara. La luz y las formas se van desdibujando con la aparición de más y más sonidos.

“Ahora yo te voy a guiar del brazo”. Suena el despliegue de su bastón. ‘Toc, toc, toc’, va golpeando posibles obstáculos para evitarlos mientras continua por la acera. No se siente el labrado, más que en ciertas zonas. No hay claridad sobre si se camina en línea recta o si alguien o algo aparecerá en el trayecto. Quito se vuelve oscuro.

Realidad
Chicaiza es ciego. Cuando era pequeño, sufrió una enfermedad degenerativa que afectó su visión paulatinamente. “A mis 12 años me dijeron que no iba a recuperar la vista; de haber sido diagnosticado antes, pude haber tenido un tratamiento”, cuenta.

Cuando alcanzó los 19, le ofrecieron una operación que le hubiera permitido recuperar parte de la visión. “Lo pensé mucho, pero preferí no hacerlo”. Por eso, las penumbras son su mundo. Allí aprendió a leer en braille y, con sus manos, sintió el rostro de sus primeros amigos.

Pese a su decisión, explica que la ciudad ha sido la encargada de recordarle que está ciego. “Es complicado caminar por Quito. Hay probabilidades de que te golpees o que te caigas, puedes sufrir un accidente o pasarte cientos de otras cosas que te ponen en riesgo”.

EL DATO
Según la Epmmop, los aspectos técnicos de las reformas viales en Quito cumplen con la normativa mundial.El problema es que la ciudad no tiene “casi nada” de señalización para ciegos. Ni siquiera todos los semáforos tienen el pitido que indica que el peatón puede cruzar. “Hay zonas donde o se dañan o no hay el apoyo auditivo”.

Alrededor de 67.286 personas con diferentes tipos de discapacidades viven en la capital, según el Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades (Conadis). Así como Chicaiza, hay 8.049 personas con discapacidad visual y otros miles con discapacidades físicas y auditivas (ver recuadro). Todos deben enfrentarse a una realidad que no es del todo inclusiva.

¿Qué se ha hecho?
La Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas desarrolla reformas geométricas de apertura de parterres a nivel de la calzada para facilitar el cruce de personas con discapacidad, “con desplazamientos cortos y con la señalización vial que garantiza su cruce seguro”. En nuevas intersecciones estas facilidades ya se incluyen.

“Todos los proyectos nuevos o reformas, que mejoren los flujos vehiculares, son pensados en el peatón y con ese enfoque se gestionan cruces seguros, tiempos en los semáforos para pasos peatonales”, señaló la institución.

También hay áreas inclusivas en parques, con estaciones de juegos infantiles para niños con discapacidad; senderos, como en el parque metropolitano Guangüiltagua, adaptados para sillas de ruedas, y áreas deportivas.

Verdadera inclusión
Sandra Esparza, arquitecta con un máster en Accesibilidad, diseñó un parque inclusivo en Río Viejo, Los Ríos, en 2011. Para esto, recorrió el parque y las zonas aledañas, en una silla de ruedas, para comprender qué necesitaba alguien en esa condición.

Por eso, tras su experiencia, considera que Quito acarrea un mal concepto de ser inclusivo. “Lamentablemente, veo que la accesibilidad se relaciona solo con el hecho de hacer una rampa. No creo que la ciudad logre una accesibilidad completa”, explicó.

Según la experta, esta tiene que ser desapercibida, de tal manera que se permita una verdadera inclusión y que las personas con discapacidad pasen como alguien más de la ciudad. Por eso, hay diferentes grados: baja, mediana y completa accesibilidad. Cada una describe la realidad de los espacios, qué tan amigables son para un desplazamiento autónomo.

Por ejemplo, “si la rampa es muy inclinada, se necesitará ayuda externa, en caso de ser silla de ruedas”, explicó. “Es un conjunto de varios factores que permitan a la persona desenvolverse sola dentro del espacio. Eso es ser inclusivo”, dijo. (ECV)

Personas
Con discapacidad en Quito

Discapacidad Personas registradas
° Auditiva 10.901
° Física 28.833
° Intelectual 14.908
° Psicosocial 4.595
° Visual 8.049
° Total 67.286