Jóvenes lamentan que se pierda tradicional chapuzón

ORDEN. Personal policial resguarda el orden en los parques de Quito.
ORDEN. Personal policial resguarda el orden en los parques de Quito.
ORDEN. Personal policial resguarda el orden en los parques de Quito.
ORDEN. Personal policial resguarda el orden en los parques de Quito.

En los últimos años, la alegría de los jóvenes que jugaban con agua en los días de Carnaval se ha visto cada vez más truncada. Esto, por las políticas que apuntan a los cierres de piletas, lagunas y otras áreas donde tradicionalmente se reúnen para divertirse y darse un chapuzón carnavalero.

Stallin Cárdenas, estudiante del colegio Mejía, lamentó este escenario afirmando que, poco a poco, se pierde una de las tradiciones más enraizadas que existen en la ciudad.

“El juego del Carnaval es divertido, más cuando lo haces entre amigos. No entendemos por qué han adoptado una medida tan dura como esta”. Agregó que espacios tradicionales como La Alameda y La Carolina están cercados y vigilados por miembros de la Policía Nacional y Agentes de Control Metropolitano.

Similar opinión tiene Dani Caza, del Colegio Simón Bolívar, afirmando que, durante los últimos años, incluso cuando era estudiante de escuela, iba a La Alameda a jugar. Sin embargo, ahora ya no tiene dónde ir. “Antes todos los chicos nos reuníamos por un solo objetivo, pasarla bien. Pero ahora ya nos dejan sin espacios para esto”.

El chapuzón en la Alameda se instauró como una acción de rebeldía ante las políticas restrictivas que se impusieron durante la alcaldía de Augusto Barrera (Alianza PAIS) y se mantuvo como una tradición en la siguiente administración, en la que incluso se ofreció resguardo a los jóvenes que salían a jugar.

Vigilancia
Paúl Chicaiza, Jefe de la Unidad de Operativos de la Agencia Metropolitana de Control, aseguró que lo primordial para ellos en estos días es controlar las ventas ambulantes, pero reconoció que “así también se baja el nivel del juego”.

Agentes de Policía también justificaron su presencia en los parques para “controlar el orden”. Ayer, por ejemplo, cerca de 60 gendarmes resguardaban los alrededores de La Alameda.

Opiniones
Juan Carlos Calle, profesor del Colegio Santiago de Guayaquil, comentó que los jóvenes de su establecimiento esperaban con ansias que llegara el fin de los exámenes quimestrales para dar ese ‘toque’ de alegría luego de una semana de mucho esfuerzo. “Se quedaron con ‘los churos hechos’ y volvieron con ‘caras largas’ sin saber qué hacer”.

Ximena Alvear, sicóloga educativa, afirma que limitar espacios de recreación para los jóvenes les motiva a buscar alternativas diferentes para distraerse, sin embargo, no todo es bueno, pues pueden refugiarse en vicios.

“Un padre de familia está tranquilo si sabe lo que hace su hijo. Pero si le cortan las alas y no le dejan divertirse es muy fácil desviarse. Un padre de familia va a preferir que su hijo juegue Carnaval con sus amigos y se divierta, antes que dedique su tiempo a beber o a consumir droga, cosas que están ahora al alcance de todos”, agregó. (MLY)