En Quito la bicicleta pública vuelve a ser tarifada

ENTREVISTA. Fernando de la Torre está a cargo del sistema de bicicletas públicas.
ENTREVISTA. Fernando de la Torre está a cargo del sistema de bicicletas públicas.

Fernando de la Torre se desempeña desde mayo de 2019, cuando inició la administración municipal de Jorge Yunda, como director de Transportes Sostenibles de la Secretaría de Movilidad.

En diálogo con La Hora, el funcionario explicó la situación que enfrenta el sistema de bicicletas públicas, luego de que un grupo de usuarios denunciara que centenares de unidades se encontraban abandonadas en una bodega.

Además, anticipa los proyectos que tiene la entidad para fomentar la movilidad sostenible, con la ampliación de la red de ciclovías y un nuevo modelo de gestión para las bicicletas públicas. (JCER)

¿Cuál es la visión que tiene de la ciudad y la movilidad para 2023, cuando termina la actual administración municipal?
Quito es una ciudad compleja no solamente en lo topográfico y geográfico, sino en términos sociales. Entre los principales proyectos está detener la expansión hacia los extremos y densificar hacia las partes internas. Es obligatorio promocionar la movilidad sostenible sobre el auto privado.

¿Tienen una proyección para ampliar la red de bicicletas públicas?
En la planificación tenemos un proyecto listo para implementarse este año, con su propio presupuesto, de 40 kilómetros en ciclovías, un 85% segregadas o separadas del tráfico, entre la avenida Ambato y Solanda.

También hay una proyección para los Valles de los Chillos, Cumbayá y las periferias, hacia el oriente y occidente. Hoy hay 38 kilómetros y dejaríamos unos 120 kilómetros de ciclovías, en un 65% para el norte y el 35% al sur y valles.

¿Qué medidas inmediatas se pueden adoptar frente a los problemas de desconexión de los actuales 38 kilómetros de ciclovías?
La primera medida que valoramos en la red de ciclovías del sur, que nunca se planteó como red porque el usuario llega al fin de la ciclovía y no sabe qué hacer, es la planificación y señalización.

En el programa de repavimentación se dejan listas las vías y luego se estudia la posibilidad de ciclovías, ¿no debería ser al revés y así optimizar el tiempo con un solo trabajo?
La pregunta es excelente y por eso fue tanta nuestra insistencia desde junio del año pasado de que se trabaje dentro de la repavimentación, porque el proyecto ya estaba listo en base a planos catastrales y se requerían ajustes menores. Hubo una desconexión entre la Secretaría de Movilidad y la Empresa Pública de Movilidad y Obras Públicas con oficios que no se respondían.

Por denuncias de usuarios se conoció que 300 bicicletas eléctricas están embodegadas, ¿qué correctivos se están adoptando?
No es que han estado embodegadas sin uso, sino subutilizadas. Sí se les ha dado uso, pero no el adecuado. Tuvieron problemas de desarrollo técnico y tecnológico que debían haberse contemplado antes de adquirirlas en 2015.
Por sus defectos técnicos no son como las bicicletas públicas, sino de tipo privado que han sido adaptadas al sistema público con muchísimas dificultades de carga, de anclaje a las estaciones. Tampoco tenían carga eléctrica y sin servicio de rastreo, que debido a otras complicaciones no se lo volvió a contratar tras un año. Cargarlas y volverlas a distribuir fue un problema logístico.

¿Qué se hará con esas bicicletas?
Darles un uso continuo requiere muchos costos y mantenimiento. Un grupo de 100 bicicletas ya sirven a un tramo entre Carapungo y el Bicentenario. El resto se destinará a los agentes metropolitanos de control y de tránsito para que hagan sus recorridos, inspecciones y patrullajes.

¿En tramos planos?
No necesariamente, puede ser en el hipercentro y en otras zonas de microcentralidades porque Quito es ‘cicleable’ en un 65%.

Antes de venir a esta entrevista verificamos en las estaciones del Ministerio de Agricultura, parque Julio Andrade y esquina de la Amazonas y Patria que las bicicletas están en mal estado, algunas de ellas sin asientos. ¿Cuál es su evaluación?
Las 222 que están en buen estado sirven en 22 estaciones. Las demás, cerca de 500, están en talleres. El 22 de marzo, el Municipio convocará al concurso público para la selección de un operador privado más capacitado para manejar 800 bicicletas de pedal y 65 estaciones entre el Bicentenario y Quitumbe.

¿Cuánto tendrá que invertir el operador privado y qué recibirá a cambio?
Dependerá de las ofertas económicas y su sistema operativo para manejar las bicicletas y las estaciones. En los términos de referencia se estableció condiciones técnicas de las que dependerán los montos de operación.

¿Cuál es el negocio para el inversionista?
La tarifa, porque inicialmente en 2012 la bicicleta pública nació tarifada y mientras estuvo así fue sostenible económicamente. Se dejó de tarifar y hubo problemas porque fue un tema totalmente municipal.

Y ahora, ¿cuál será la tarifa?
Fluctuará entre 30 y 40 dólares al año para cada usuario. Si alguien la utiliza dos veces al día para trasladarse entre la casa y el trabajo, cada traslado le costará 7 centavos de dólar. Será un sistema automatizado con una aplicación para teléfonos a través de la cual podrá registrarse y pagar directamente, ir a la estación desbloquear la bicicleta e incluso conocer quién es el custodio. Con esos datos, además, podremos planificar. Sino tiene teléfono siempre tendrá abierta una oficina para hacerlo de manera manual.

¿Cuándo se implementaría?
Este mismo año porque tenemos socializaciones con potenciales interesados. Calculo unos cinco meses a partir del lanzamiento del concurso en febrero, que es el tiempo necesario para realizar las obras y tener listos los sistemas operativos, y otros tres meses para tener listas las estaciones.

¿Y por qué solo bicicletas de pedal?
Por los costos de mantenimiento y las complicaciones técnicas y operativas que tienen las bicicletas.