Viejitos emprendedores dentro del ‘60 y piquito’

INVENTIVA. El gusto que tienen las mujeres por el tejido se ve plasmado en sus obras.
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Cada mañana Fabiola Villacres se levanta con ánimo para ir al Centro del Adulto Mayor (CEAM) del Centro Histórico, en el que dirige a un grupo de 26 adultos mayores de distintas edades en baile y danza.

Así, durante siete años, junto a los integrantes de ‘Senderos de alegría’, ha pisado diferentes escenarios de la ciudad y ha participado en desfiles por las Fiestas de Quito.

Para ella, la experiencia ha sido maravillosa pues la agrupación es considerada como uno de los emprendimientos de ese CEAM, ya que también realizan presentaciones en escenarios particulares. A ese centro acuden diariamente alrededor de 119 abuelitos, a varios talleres.

“Nosotros vamos a distintos espacios llevando nuestro arte y danza, compartiendo con el público y estamos prestos para ayudar en causas sociales; sin embargo, también podemos cobrar un monto en eventos aparte, que nos sirve para nuestras actividades grupales”, comentó.

Villacres también destacó la unión y la solidaridad de sus compañeros, pues son “esa mano amiga que en momentos de dificultad, están prestos para ayudarle”.

Patricio Morocho, coordinador del proyecto ‘60 y Piquito’ en el Centro, Los Chillos y Tumbaco comenta que en este espacio existen actividades que han llegado a considerarse emprendimientos. A más del taller de danza y baile, también hay gastronomía y manualidades, que le han dado ‘otra cara’ al lugar.

Cada mañana Fabiola Villacres se levanta con ánimo para ir al Centro del Adulto Mayor (CEAM) del Centro Histórico, en el que dirige a un grupo de 26 adultos mayores de distintas edades en baile y danza.

Así, durante siete años, junto a los integrantes de ‘Senderos de alegría’, ha pisado diferentes escenarios de la ciudad y ha participado en desfiles por las Fiestas de Quito.

Para ella, la experiencia ha sido maravillosa pues la agrupación es considerada como uno de los emprendimientos de ese CEAM, ya que también realizan presentaciones en escenarios particulares. A ese centro acuden diariamente alrededor de 119 abuelitos, a varios talleres.

“Nosotros vamos a distintos espacios llevando nuestro arte y danza, compartiendo con el público y estamos prestos para ayudar en causas sociales; sin embargo, también podemos cobrar un monto en eventos aparte, que nos sirve para nuestras actividades grupales”, comentó.

Villacres también destacó la unión y la solidaridad de sus compañeros, pues son “esa mano amiga que en momentos de dificultad, están prestos para ayudarle”.

Patricio Morocho, coordinador del proyecto ‘60 y Piquito’ en el Centro, Los Chillos y Tumbaco comenta que en este espacio existen actividades que han llegado a considerarse emprendimientos. A más del taller de danza y baile, también hay gastronomía y manualidades, que le han dado ‘otra cara’ al lugar.

Cada mañana Fabiola Villacres se levanta con ánimo para ir al Centro del Adulto Mayor (CEAM) del Centro Histórico, en el que dirige a un grupo de 26 adultos mayores de distintas edades en baile y danza.

Así, durante siete años, junto a los integrantes de ‘Senderos de alegría’, ha pisado diferentes escenarios de la ciudad y ha participado en desfiles por las Fiestas de Quito.

Para ella, la experiencia ha sido maravillosa pues la agrupación es considerada como uno de los emprendimientos de ese CEAM, ya que también realizan presentaciones en escenarios particulares. A ese centro acuden diariamente alrededor de 119 abuelitos, a varios talleres.

“Nosotros vamos a distintos espacios llevando nuestro arte y danza, compartiendo con el público y estamos prestos para ayudar en causas sociales; sin embargo, también podemos cobrar un monto en eventos aparte, que nos sirve para nuestras actividades grupales”, comentó.

Villacres también destacó la unión y la solidaridad de sus compañeros, pues son “esa mano amiga que en momentos de dificultad, están prestos para ayudarle”.

Patricio Morocho, coordinador del proyecto ‘60 y Piquito’ en el Centro, Los Chillos y Tumbaco comenta que en este espacio existen actividades que han llegado a considerarse emprendimientos. A más del taller de danza y baile, también hay gastronomía y manualidades, que le han dado ‘otra cara’ al lugar.

Cada mañana Fabiola Villacres se levanta con ánimo para ir al Centro del Adulto Mayor (CEAM) del Centro Histórico, en el que dirige a un grupo de 26 adultos mayores de distintas edades en baile y danza.

Así, durante siete años, junto a los integrantes de ‘Senderos de alegría’, ha pisado diferentes escenarios de la ciudad y ha participado en desfiles por las Fiestas de Quito.

Para ella, la experiencia ha sido maravillosa pues la agrupación es considerada como uno de los emprendimientos de ese CEAM, ya que también realizan presentaciones en escenarios particulares. A ese centro acuden diariamente alrededor de 119 abuelitos, a varios talleres.

“Nosotros vamos a distintos espacios llevando nuestro arte y danza, compartiendo con el público y estamos prestos para ayudar en causas sociales; sin embargo, también podemos cobrar un monto en eventos aparte, que nos sirve para nuestras actividades grupales”, comentó.

Villacres también destacó la unión y la solidaridad de sus compañeros, pues son “esa mano amiga que en momentos de dificultad, están prestos para ayudarle”.

Patricio Morocho, coordinador del proyecto ‘60 y Piquito’ en el Centro, Los Chillos y Tumbaco comenta que en este espacio existen actividades que han llegado a considerarse emprendimientos. A más del taller de danza y baile, también hay gastronomía y manualidades, que le han dado ‘otra cara’ al lugar.

INVENTIVA. El gusto que tienen las mujeres por el tejido se ve plasmado en sus obras.
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Delicias para disfrutar
Lupe Villafuerte, tallerista de gastronomía, asegura que tiene un grupo sólido, creativo y muy trabajador, pues tres veces a la semana se reúnen para preparar los más deliciosos platillos así como también una variedad de postres y envueltos que cautivan a sus clientes.

Al momento, 33 personas asisten y el grupo se sostiene con la venta de desayunos, almuerzos y delicias hechas en la hora de pastelería.

“Los primeros en consumir son los asistentes al taller. Se paga dos dólares por un almuerzo hecho con amor. Incluso se sirven los directivos y el personal administrativo y todos quedan contentos”.

Los fondos recaudados, mencionó, son para autogestionar los implementos e insumos para el desarrollo de cada clase. “La ganancia nos ayuda mucho para los festejos, como la Navidad y los paseos. Los talleristas no ponen ni piden dinero porque todo lo que se gana se lo destina como fondo común”.

Delicias para disfrutar
Lupe Villafuerte, tallerista de gastronomía, asegura que tiene un grupo sólido, creativo y muy trabajador, pues tres veces a la semana se reúnen para preparar los más deliciosos platillos así como también una variedad de postres y envueltos que cautivan a sus clientes.

Al momento, 33 personas asisten y el grupo se sostiene con la venta de desayunos, almuerzos y delicias hechas en la hora de pastelería.

“Los primeros en consumir son los asistentes al taller. Se paga dos dólares por un almuerzo hecho con amor. Incluso se sirven los directivos y el personal administrativo y todos quedan contentos”.

Los fondos recaudados, mencionó, son para autogestionar los implementos e insumos para el desarrollo de cada clase. “La ganancia nos ayuda mucho para los festejos, como la Navidad y los paseos. Los talleristas no ponen ni piden dinero porque todo lo que se gana se lo destina como fondo común”.

Delicias para disfrutar
Lupe Villafuerte, tallerista de gastronomía, asegura que tiene un grupo sólido, creativo y muy trabajador, pues tres veces a la semana se reúnen para preparar los más deliciosos platillos así como también una variedad de postres y envueltos que cautivan a sus clientes.

Al momento, 33 personas asisten y el grupo se sostiene con la venta de desayunos, almuerzos y delicias hechas en la hora de pastelería.

“Los primeros en consumir son los asistentes al taller. Se paga dos dólares por un almuerzo hecho con amor. Incluso se sirven los directivos y el personal administrativo y todos quedan contentos”.

Los fondos recaudados, mencionó, son para autogestionar los implementos e insumos para el desarrollo de cada clase. “La ganancia nos ayuda mucho para los festejos, como la Navidad y los paseos. Los talleristas no ponen ni piden dinero porque todo lo que se gana se lo destina como fondo común”.

Delicias para disfrutar
Lupe Villafuerte, tallerista de gastronomía, asegura que tiene un grupo sólido, creativo y muy trabajador, pues tres veces a la semana se reúnen para preparar los más deliciosos platillos así como también una variedad de postres y envueltos que cautivan a sus clientes.

Al momento, 33 personas asisten y el grupo se sostiene con la venta de desayunos, almuerzos y delicias hechas en la hora de pastelería.

“Los primeros en consumir son los asistentes al taller. Se paga dos dólares por un almuerzo hecho con amor. Incluso se sirven los directivos y el personal administrativo y todos quedan contentos”.

Los fondos recaudados, mencionó, son para autogestionar los implementos e insumos para el desarrollo de cada clase. “La ganancia nos ayuda mucho para los festejos, como la Navidad y los paseos. Los talleristas no ponen ni piden dinero porque todo lo que se gana se lo destina como fondo común”.

INVENTIVA. El gusto que tienen las mujeres por el tejido se ve plasmado en sus obras.
INVENTIVA. El gusto que tienen las mujeres por el tejido se ve plasmado en sus obras.
INVENTIVA. El gusto que tienen las mujeres por el tejido se ve plasmado en sus obras.
INVENTIVA. El gusto que tienen las mujeres por el tejido se ve plasmado en sus obras.
INVENTIVA. El gusto que tienen las mujeres por el tejido se ve plasmado en sus obras.
INVENTIVA. El gusto que tienen las mujeres por el tejido se ve plasmado en sus obras.
INVENTIVA. El gusto que tienen las mujeres por el tejido se ve plasmado en sus obras.
INVENTIVA. El gusto que tienen las mujeres por el tejido se ve plasmado en sus obras.

Habilidades
El dinero recaudado tras la venta de los artículos fabricados en el taller de manualidades se ponen en un fondo común, así se financian los materiales para cada una de las personas que asisten a esta clase. Sin embargo, si alguien está pasando por una necesidad económica o calamidad doméstica, también hay la opción de pedir ayuda.

Esto lo afirma Mercedes Calahorrano, una de las estudiantes. “Yo me sentía muy deprimida y no tenía deseos de vivir. Actualmente, asisto al taller de inglés, manualidades y memoria. Aquí me brindan amistad, amor y comprensión”.

Por otro lado, también está el taller de tejido, donde cada una de las asistentes llevan su material, sus lanas y sus agujetas para elaborar las prendas a su gusto. Aida Figueroa, por ejemplo, realiza un saco de su color favorito para uso personal, y Fanny Morales, un gorro para su nieta, “pero también hacemos cositas para vender”, dijo.

Cada una de estas experiencias les ha dado soltura a los adultos mayores, pues se sienten útiles y ese es el objetivo del programa, cambiar la visión y la experiencia, haciendo que su vida nuevamente tome sentido, afirmó Morocho. (MLY)

Experiencias de superación
° Ricardo Oña tiene 85 años y desde hace tres meses asiste al taller de computación. Él asegura que vale la pena trasladarse desde Sangolquí, porque le motiva haber aprendido el manejo básico de la computadora; “tanto que me he comprado una nueva y la tengo en casa lista para usarla”.

Él cuenta que además está en el taller de música. Es dueño de un bandolín, una guitarra y un acordeón. “Tener instrumentos botados no vale, se dañan y hay que tenerlos en actividad. Siempre vengo contento a mis clases”, dijo.

Por otro lado está Clever Utreras, tallerista de electricidad, que junto a 10 personas realiza trabajos ‘a pulso y perfección’. Comenta que pese a que este grupo es completamente autofinanciado y los materiales deben traer los alumnos, entre hombres y mujeres, han realizado trabajos y exposiciones muy interesantes.

Si quiere conocer más sobre el sistema de atención al adulto mayor, puede ingresar a la página web: https://www.patronato.quito.gob.ec/programas/sistema-integral-de-atencion-al-adulto-mayor.html

Habilidades
El dinero recaudado tras la venta de los artículos fabricados en el taller de manualidades se ponen en un fondo común, así se financian los materiales para cada una de las personas que asisten a esta clase. Sin embargo, si alguien está pasando por una necesidad económica o calamidad doméstica, también hay la opción de pedir ayuda.

Esto lo afirma Mercedes Calahorrano, una de las estudiantes. “Yo me sentía muy deprimida y no tenía deseos de vivir. Actualmente, asisto al taller de inglés, manualidades y memoria. Aquí me brindan amistad, amor y comprensión”.

Por otro lado, también está el taller de tejido, donde cada una de las asistentes llevan su material, sus lanas y sus agujetas para elaborar las prendas a su gusto. Aida Figueroa, por ejemplo, realiza un saco de su color favorito para uso personal, y Fanny Morales, un gorro para su nieta, “pero también hacemos cositas para vender”, dijo.

Cada una de estas experiencias les ha dado soltura a los adultos mayores, pues se sienten útiles y ese es el objetivo del programa, cambiar la visión y la experiencia, haciendo que su vida nuevamente tome sentido, afirmó Morocho. (MLY)

Experiencias de superación
° Ricardo Oña tiene 85 años y desde hace tres meses asiste al taller de computación. Él asegura que vale la pena trasladarse desde Sangolquí, porque le motiva haber aprendido el manejo básico de la computadora; “tanto que me he comprado una nueva y la tengo en casa lista para usarla”.

Él cuenta que además está en el taller de música. Es dueño de un bandolín, una guitarra y un acordeón. “Tener instrumentos botados no vale, se dañan y hay que tenerlos en actividad. Siempre vengo contento a mis clases”, dijo.

Por otro lado está Clever Utreras, tallerista de electricidad, que junto a 10 personas realiza trabajos ‘a pulso y perfección’. Comenta que pese a que este grupo es completamente autofinanciado y los materiales deben traer los alumnos, entre hombres y mujeres, han realizado trabajos y exposiciones muy interesantes.

Si quiere conocer más sobre el sistema de atención al adulto mayor, puede ingresar a la página web: https://www.patronato.quito.gob.ec/programas/sistema-integral-de-atencion-al-adulto-mayor.html

Habilidades
El dinero recaudado tras la venta de los artículos fabricados en el taller de manualidades se ponen en un fondo común, así se financian los materiales para cada una de las personas que asisten a esta clase. Sin embargo, si alguien está pasando por una necesidad económica o calamidad doméstica, también hay la opción de pedir ayuda.

Esto lo afirma Mercedes Calahorrano, una de las estudiantes. “Yo me sentía muy deprimida y no tenía deseos de vivir. Actualmente, asisto al taller de inglés, manualidades y memoria. Aquí me brindan amistad, amor y comprensión”.

Por otro lado, también está el taller de tejido, donde cada una de las asistentes llevan su material, sus lanas y sus agujetas para elaborar las prendas a su gusto. Aida Figueroa, por ejemplo, realiza un saco de su color favorito para uso personal, y Fanny Morales, un gorro para su nieta, “pero también hacemos cositas para vender”, dijo.

Cada una de estas experiencias les ha dado soltura a los adultos mayores, pues se sienten útiles y ese es el objetivo del programa, cambiar la visión y la experiencia, haciendo que su vida nuevamente tome sentido, afirmó Morocho. (MLY)

Experiencias de superación
° Ricardo Oña tiene 85 años y desde hace tres meses asiste al taller de computación. Él asegura que vale la pena trasladarse desde Sangolquí, porque le motiva haber aprendido el manejo básico de la computadora; “tanto que me he comprado una nueva y la tengo en casa lista para usarla”.

Él cuenta que además está en el taller de música. Es dueño de un bandolín, una guitarra y un acordeón. “Tener instrumentos botados no vale, se dañan y hay que tenerlos en actividad. Siempre vengo contento a mis clases”, dijo.

Por otro lado está Clever Utreras, tallerista de electricidad, que junto a 10 personas realiza trabajos ‘a pulso y perfección’. Comenta que pese a que este grupo es completamente autofinanciado y los materiales deben traer los alumnos, entre hombres y mujeres, han realizado trabajos y exposiciones muy interesantes.

Si quiere conocer más sobre el sistema de atención al adulto mayor, puede ingresar a la página web: https://www.patronato.quito.gob.ec/programas/sistema-integral-de-atencion-al-adulto-mayor.html

Habilidades
El dinero recaudado tras la venta de los artículos fabricados en el taller de manualidades se ponen en un fondo común, así se financian los materiales para cada una de las personas que asisten a esta clase. Sin embargo, si alguien está pasando por una necesidad económica o calamidad doméstica, también hay la opción de pedir ayuda.

Esto lo afirma Mercedes Calahorrano, una de las estudiantes. “Yo me sentía muy deprimida y no tenía deseos de vivir. Actualmente, asisto al taller de inglés, manualidades y memoria. Aquí me brindan amistad, amor y comprensión”.

Por otro lado, también está el taller de tejido, donde cada una de las asistentes llevan su material, sus lanas y sus agujetas para elaborar las prendas a su gusto. Aida Figueroa, por ejemplo, realiza un saco de su color favorito para uso personal, y Fanny Morales, un gorro para su nieta, “pero también hacemos cositas para vender”, dijo.

Cada una de estas experiencias les ha dado soltura a los adultos mayores, pues se sienten útiles y ese es el objetivo del programa, cambiar la visión y la experiencia, haciendo que su vida nuevamente tome sentido, afirmó Morocho. (MLY)

Experiencias de superación
° Ricardo Oña tiene 85 años y desde hace tres meses asiste al taller de computación. Él asegura que vale la pena trasladarse desde Sangolquí, porque le motiva haber aprendido el manejo básico de la computadora; “tanto que me he comprado una nueva y la tengo en casa lista para usarla”.

Él cuenta que además está en el taller de música. Es dueño de un bandolín, una guitarra y un acordeón. “Tener instrumentos botados no vale, se dañan y hay que tenerlos en actividad. Siempre vengo contento a mis clases”, dijo.

Por otro lado está Clever Utreras, tallerista de electricidad, que junto a 10 personas realiza trabajos ‘a pulso y perfección’. Comenta que pese a que este grupo es completamente autofinanciado y los materiales deben traer los alumnos, entre hombres y mujeres, han realizado trabajos y exposiciones muy interesantes.

Si quiere conocer más sobre el sistema de atención al adulto mayor, puede ingresar a la página web: https://www.patronato.quito.gob.ec/programas/sistema-integral-de-atencion-al-adulto-mayor.html