Un recorrido por los rincones de Cumbayá

AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.
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AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.
AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.
AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.
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AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.
AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.

Arrayanes, algarrobos, guabas, taxos, guantos, mimosas, sigses y pumamaquis son parte de la vida en Cumbayá, un sector del nororiente de Quito que se ha convertido en la nueva zona rosa de la ciudad.

En esta población, que está a 2.200 metros sobre el nivel del mar, y que goza de un clima temperado casi todo el año, las casas antiguas contrastan con modernas edificaciones, conjuntos y establecimientos turísticos.

Los aromas de platillos y la música son los condimentos de sus calles, donde se puede admirar encantadoras obras arquitectónicas antiguas y modernas o sitios especializados en antigüedades y obras de arte.

Andrés Burbano, de 24 años, vive cerca del parque central de Cumbayá, y dice que en este sitio hay rincones en los que se puede degustar manjares tradicionales, como morocho con empanadas, o platillos internacionales, como sushi.

Lucía García, de 47 años, quien atiende un negocio sobre la vía del tren y la Av. María Angélica Hidrobo, confirma que la zona está llena de rincones para visitar. (ECV)

Puerta al pasado
° Una fachada naranja cautiva la mirada de quienes se acercan a la tienda de antigüedades de Luis Valladares, de 68 años. Al ingresar a este mítico espacio de Cumbayá, los visitantes encuentran relojes de bolsillo antiguos, algunos tallados a mano. También hay pinturas, esculturas y obras de arte.

“Solo un pequeño reloj tiene un gran historia detrás. Algunos datan de hace un poco más de un siglo; han pasado de mano en mano hasta llegar aquí”, explica Valladares a quienes visitan su local, en la calle Manabí y García Moreno, donde parece que el tiempo se detuvo en otra época.

Cumbayá también alberga establecimientos que conectan la tradición con la nueva dinámica de la zona. Allí se encuentra el local ‘San Pedro’, ubicado sobre la calle García Moreno, entre Juan Montalvo y Padre Luis Garzón, donde el ambiente se torna religioso, pues, se pueden adquirir figuras religiosas artesanales o más industrializadas.

Arrayanes, algarrobos, guabas, taxos, guantos, mimosas, sigses y pumamaquis son parte de la vida en Cumbayá, un sector del nororiente de Quito que se ha convertido en la nueva zona rosa de la ciudad.

En esta población, que está a 2.200 metros sobre el nivel del mar, y que goza de un clima temperado casi todo el año, las casas antiguas contrastan con modernas edificaciones, conjuntos y establecimientos turísticos.

Los aromas de platillos y la música son los condimentos de sus calles, donde se puede admirar encantadoras obras arquitectónicas antiguas y modernas o sitios especializados en antigüedades y obras de arte.

Andrés Burbano, de 24 años, vive cerca del parque central de Cumbayá, y dice que en este sitio hay rincones en los que se puede degustar manjares tradicionales, como morocho con empanadas, o platillos internacionales, como sushi.

Lucía García, de 47 años, quien atiende un negocio sobre la vía del tren y la Av. María Angélica Hidrobo, confirma que la zona está llena de rincones para visitar. (ECV)

Puerta al pasado
° Una fachada naranja cautiva la mirada de quienes se acercan a la tienda de antigüedades de Luis Valladares, de 68 años. Al ingresar a este mítico espacio de Cumbayá, los visitantes encuentran relojes de bolsillo antiguos, algunos tallados a mano. También hay pinturas, esculturas y obras de arte.

“Solo un pequeño reloj tiene un gran historia detrás. Algunos datan de hace un poco más de un siglo; han pasado de mano en mano hasta llegar aquí”, explica Valladares a quienes visitan su local, en la calle Manabí y García Moreno, donde parece que el tiempo se detuvo en otra época.

Cumbayá también alberga establecimientos que conectan la tradición con la nueva dinámica de la zona. Allí se encuentra el local ‘San Pedro’, ubicado sobre la calle García Moreno, entre Juan Montalvo y Padre Luis Garzón, donde el ambiente se torna religioso, pues, se pueden adquirir figuras religiosas artesanales o más industrializadas.

Arrayanes, algarrobos, guabas, taxos, guantos, mimosas, sigses y pumamaquis son parte de la vida en Cumbayá, un sector del nororiente de Quito que se ha convertido en la nueva zona rosa de la ciudad.

En esta población, que está a 2.200 metros sobre el nivel del mar, y que goza de un clima temperado casi todo el año, las casas antiguas contrastan con modernas edificaciones, conjuntos y establecimientos turísticos.

Los aromas de platillos y la música son los condimentos de sus calles, donde se puede admirar encantadoras obras arquitectónicas antiguas y modernas o sitios especializados en antigüedades y obras de arte.

Andrés Burbano, de 24 años, vive cerca del parque central de Cumbayá, y dice que en este sitio hay rincones en los que se puede degustar manjares tradicionales, como morocho con empanadas, o platillos internacionales, como sushi.

Lucía García, de 47 años, quien atiende un negocio sobre la vía del tren y la Av. María Angélica Hidrobo, confirma que la zona está llena de rincones para visitar. (ECV)

Puerta al pasado
° Una fachada naranja cautiva la mirada de quienes se acercan a la tienda de antigüedades de Luis Valladares, de 68 años. Al ingresar a este mítico espacio de Cumbayá, los visitantes encuentran relojes de bolsillo antiguos, algunos tallados a mano. También hay pinturas, esculturas y obras de arte.

“Solo un pequeño reloj tiene un gran historia detrás. Algunos datan de hace un poco más de un siglo; han pasado de mano en mano hasta llegar aquí”, explica Valladares a quienes visitan su local, en la calle Manabí y García Moreno, donde parece que el tiempo se detuvo en otra época.

Cumbayá también alberga establecimientos que conectan la tradición con la nueva dinámica de la zona. Allí se encuentra el local ‘San Pedro’, ubicado sobre la calle García Moreno, entre Juan Montalvo y Padre Luis Garzón, donde el ambiente se torna religioso, pues, se pueden adquirir figuras religiosas artesanales o más industrializadas.

Arrayanes, algarrobos, guabas, taxos, guantos, mimosas, sigses y pumamaquis son parte de la vida en Cumbayá, un sector del nororiente de Quito que se ha convertido en la nueva zona rosa de la ciudad.

En esta población, que está a 2.200 metros sobre el nivel del mar, y que goza de un clima temperado casi todo el año, las casas antiguas contrastan con modernas edificaciones, conjuntos y establecimientos turísticos.

Los aromas de platillos y la música son los condimentos de sus calles, donde se puede admirar encantadoras obras arquitectónicas antiguas y modernas o sitios especializados en antigüedades y obras de arte.

Andrés Burbano, de 24 años, vive cerca del parque central de Cumbayá, y dice que en este sitio hay rincones en los que se puede degustar manjares tradicionales, como morocho con empanadas, o platillos internacionales, como sushi.

Lucía García, de 47 años, quien atiende un negocio sobre la vía del tren y la Av. María Angélica Hidrobo, confirma que la zona está llena de rincones para visitar. (ECV)

Puerta al pasado
° Una fachada naranja cautiva la mirada de quienes se acercan a la tienda de antigüedades de Luis Valladares, de 68 años. Al ingresar a este mítico espacio de Cumbayá, los visitantes encuentran relojes de bolsillo antiguos, algunos tallados a mano. También hay pinturas, esculturas y obras de arte.

“Solo un pequeño reloj tiene un gran historia detrás. Algunos datan de hace un poco más de un siglo; han pasado de mano en mano hasta llegar aquí”, explica Valladares a quienes visitan su local, en la calle Manabí y García Moreno, donde parece que el tiempo se detuvo en otra época.

Cumbayá también alberga establecimientos que conectan la tradición con la nueva dinámica de la zona. Allí se encuentra el local ‘San Pedro’, ubicado sobre la calle García Moreno, entre Juan Montalvo y Padre Luis Garzón, donde el ambiente se torna religioso, pues, se pueden adquirir figuras religiosas artesanales o más industrializadas.

AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.
AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.
AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.
AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.
AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.
AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.
AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.
AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.

Paseo ecológico
° El Chaquiñán es uno de los sitios más visitados, especialmente durante los fines de semana. Esta ruta ecológica, con túneles y hermosos paisajes, es frecuentada por ciclistas y amantes de las caminatas. Conecta a las poblaciones de Cumbayá, Tumbaco y Puembo, con una extensión de más de 20 kilómetros. Pablo Dávila, de 34 años, dice que siempre sale junto a su perro como una rutina de ejercicio.

Este camino se levanta sobre una antigua vía del tren; aún permanecen rastros de los rieles desgastados y corroídos. Este espacio, sin embargo, se ha convertido en un área de esparcimiento para los vecinos y un reto para quienes desean recorrerlo completo. Se expande, además, desde El Trébol.

Otro de los espacios verdes es el Parque del Reservorio de Cumbayá, que cuenta con máquinas donde jóvenes como Andrés Ayala, de 21 años, llegan las tardes para hacer barras o ejercitarse. Quienes visitan este lugar, además, pueden recorrer un pequeño sendero a un lado del reservorio que comprende cinco kilómetros.

Paseo ecológico
° El Chaquiñán es uno de los sitios más visitados, especialmente durante los fines de semana. Esta ruta ecológica, con túneles y hermosos paisajes, es frecuentada por ciclistas y amantes de las caminatas. Conecta a las poblaciones de Cumbayá, Tumbaco y Puembo, con una extensión de más de 20 kilómetros. Pablo Dávila, de 34 años, dice que siempre sale junto a su perro como una rutina de ejercicio.

Este camino se levanta sobre una antigua vía del tren; aún permanecen rastros de los rieles desgastados y corroídos. Este espacio, sin embargo, se ha convertido en un área de esparcimiento para los vecinos y un reto para quienes desean recorrerlo completo. Se expande, además, desde El Trébol.

Otro de los espacios verdes es el Parque del Reservorio de Cumbayá, que cuenta con máquinas donde jóvenes como Andrés Ayala, de 21 años, llegan las tardes para hacer barras o ejercitarse. Quienes visitan este lugar, además, pueden recorrer un pequeño sendero a un lado del reservorio que comprende cinco kilómetros.

Paseo ecológico
° El Chaquiñán es uno de los sitios más visitados, especialmente durante los fines de semana. Esta ruta ecológica, con túneles y hermosos paisajes, es frecuentada por ciclistas y amantes de las caminatas. Conecta a las poblaciones de Cumbayá, Tumbaco y Puembo, con una extensión de más de 20 kilómetros. Pablo Dávila, de 34 años, dice que siempre sale junto a su perro como una rutina de ejercicio.

Este camino se levanta sobre una antigua vía del tren; aún permanecen rastros de los rieles desgastados y corroídos. Este espacio, sin embargo, se ha convertido en un área de esparcimiento para los vecinos y un reto para quienes desean recorrerlo completo. Se expande, además, desde El Trébol.

Otro de los espacios verdes es el Parque del Reservorio de Cumbayá, que cuenta con máquinas donde jóvenes como Andrés Ayala, de 21 años, llegan las tardes para hacer barras o ejercitarse. Quienes visitan este lugar, además, pueden recorrer un pequeño sendero a un lado del reservorio que comprende cinco kilómetros.

Paseo ecológico
° El Chaquiñán es uno de los sitios más visitados, especialmente durante los fines de semana. Esta ruta ecológica, con túneles y hermosos paisajes, es frecuentada por ciclistas y amantes de las caminatas. Conecta a las poblaciones de Cumbayá, Tumbaco y Puembo, con una extensión de más de 20 kilómetros. Pablo Dávila, de 34 años, dice que siempre sale junto a su perro como una rutina de ejercicio.

Este camino se levanta sobre una antigua vía del tren; aún permanecen rastros de los rieles desgastados y corroídos. Este espacio, sin embargo, se ha convertido en un área de esparcimiento para los vecinos y un reto para quienes desean recorrerlo completo. Se expande, además, desde El Trébol.

Otro de los espacios verdes es el Parque del Reservorio de Cumbayá, que cuenta con máquinas donde jóvenes como Andrés Ayala, de 21 años, llegan las tardes para hacer barras o ejercitarse. Quienes visitan este lugar, además, pueden recorrer un pequeño sendero a un lado del reservorio que comprende cinco kilómetros.

AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.
AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.
AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.
AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.
AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.
AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.
AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.
AMBIENTE. Esta zona de la ciudad juega entre diferentes eras y pasatiempos.

Arte de todo tipo
° Con un pincel, Francisca Aguirre, de 45 años, crea paisajes con líneas, colores y figuras elementales. Mientras se concentra en su arte, Javier Burbano, de 48 años, trabaja con unas bromelias. Ellos tienen un taller en la calle García Moreno E2-118 y Manabí y forman parte de los artistas que se inspiran en los rincones de Cumbayá para crear sus obras.

Otra artista es Ana Borja, de 30 años, quien tiene su taller en la Plaza Coelho, junto al parque Central. Ella se dedica al diseño y elaboración de joyas con oro y plata. Borja explica que esta zona se ha convertido en un espacio de surgimiento artístico y cultural donde “debe haber más de 20 talleres de artistas de todo tipo”.

También hay locales, como el de Gabriel Cevallos, de 32 años. El lienzo del artista no es un papel o un cuadro; es la piel. Cumbayá, según explica Cevallos, también aborda el arte del tatuaje. Diablo Loco o Third Eye son algunos de estos puntos.

Ocio por doquier
° Alrededor de 20 centros de diversión o entretenimiento se levantan en esta zona. Establecimientos como Shot Me, Morena Mia, Purple, W, entre otros, se han tomado fama entre los jóvenes y adultos que llegan a pasar una noche de fiesta. Otras opciones también apuntan a un ambiente más relajado y de cerveza artesanal: como Sabai, Birra o Backyard.

Arte de todo tipo
° Con un pincel, Francisca Aguirre, de 45 años, crea paisajes con líneas, colores y figuras elementales. Mientras se concentra en su arte, Javier Burbano, de 48 años, trabaja con unas bromelias. Ellos tienen un taller en la calle García Moreno E2-118 y Manabí y forman parte de los artistas que se inspiran en los rincones de Cumbayá para crear sus obras.

Otra artista es Ana Borja, de 30 años, quien tiene su taller en la Plaza Coelho, junto al parque Central. Ella se dedica al diseño y elaboración de joyas con oro y plata. Borja explica que esta zona se ha convertido en un espacio de surgimiento artístico y cultural donde “debe haber más de 20 talleres de artistas de todo tipo”.

También hay locales, como el de Gabriel Cevallos, de 32 años. El lienzo del artista no es un papel o un cuadro; es la piel. Cumbayá, según explica Cevallos, también aborda el arte del tatuaje. Diablo Loco o Third Eye son algunos de estos puntos.

Ocio por doquier
° Alrededor de 20 centros de diversión o entretenimiento se levantan en esta zona. Establecimientos como Shot Me, Morena Mia, Purple, W, entre otros, se han tomado fama entre los jóvenes y adultos que llegan a pasar una noche de fiesta. Otras opciones también apuntan a un ambiente más relajado y de cerveza artesanal: como Sabai, Birra o Backyard.

Arte de todo tipo
° Con un pincel, Francisca Aguirre, de 45 años, crea paisajes con líneas, colores y figuras elementales. Mientras se concentra en su arte, Javier Burbano, de 48 años, trabaja con unas bromelias. Ellos tienen un taller en la calle García Moreno E2-118 y Manabí y forman parte de los artistas que se inspiran en los rincones de Cumbayá para crear sus obras.

Otra artista es Ana Borja, de 30 años, quien tiene su taller en la Plaza Coelho, junto al parque Central. Ella se dedica al diseño y elaboración de joyas con oro y plata. Borja explica que esta zona se ha convertido en un espacio de surgimiento artístico y cultural donde “debe haber más de 20 talleres de artistas de todo tipo”.

También hay locales, como el de Gabriel Cevallos, de 32 años. El lienzo del artista no es un papel o un cuadro; es la piel. Cumbayá, según explica Cevallos, también aborda el arte del tatuaje. Diablo Loco o Third Eye son algunos de estos puntos.

Ocio por doquier
° Alrededor de 20 centros de diversión o entretenimiento se levantan en esta zona. Establecimientos como Shot Me, Morena Mia, Purple, W, entre otros, se han tomado fama entre los jóvenes y adultos que llegan a pasar una noche de fiesta. Otras opciones también apuntan a un ambiente más relajado y de cerveza artesanal: como Sabai, Birra o Backyard.

Arte de todo tipo
° Con un pincel, Francisca Aguirre, de 45 años, crea paisajes con líneas, colores y figuras elementales. Mientras se concentra en su arte, Javier Burbano, de 48 años, trabaja con unas bromelias. Ellos tienen un taller en la calle García Moreno E2-118 y Manabí y forman parte de los artistas que se inspiran en los rincones de Cumbayá para crear sus obras.

Otra artista es Ana Borja, de 30 años, quien tiene su taller en la Plaza Coelho, junto al parque Central. Ella se dedica al diseño y elaboración de joyas con oro y plata. Borja explica que esta zona se ha convertido en un espacio de surgimiento artístico y cultural donde “debe haber más de 20 talleres de artistas de todo tipo”.

También hay locales, como el de Gabriel Cevallos, de 32 años. El lienzo del artista no es un papel o un cuadro; es la piel. Cumbayá, según explica Cevallos, también aborda el arte del tatuaje. Diablo Loco o Third Eye son algunos de estos puntos.

Ocio por doquier
° Alrededor de 20 centros de diversión o entretenimiento se levantan en esta zona. Establecimientos como Shot Me, Morena Mia, Purple, W, entre otros, se han tomado fama entre los jóvenes y adultos que llegan a pasar una noche de fiesta. Otras opciones también apuntan a un ambiente más relajado y de cerveza artesanal: como Sabai, Birra o Backyard.