Agresividad y violencia

Fabián Cueva Jiménez

Por su origen no son conductas sinónimas; la primera, está en toda especie viva y es genética, se da por: amenazas de territorio, desaparición de fuentes de alimentación, peligros de vida; mientras que, la segunda, busca obtener control y poder, es eminentemente social.

En los últimos acontecimientos en varios países latinoamericanos se unieron y hasta confundieron. En Chile, supuestamente el país con los mejores indicadores macroeconómicos los tumultos fueron más intensos y duraron más, pero las motivaciones fueron igual que en Colombia, Ecuador, Bolivia.

Dijeron: “El levantamiento no es por los 30 pesos de incremento de pasajes, es por todo lo ocurrido en 30 años”; y al referirse a los estudiantes: “Ninguno lanza un cóctel molotov porque siente ganas y parece divertido”. La furia fue por el incumplimiento de dos de seis deudas sociales: educación y movilidad, abusos y corrupción.

La prueba Ser Bachiller puede ser un detonante, la frustración es inmensa, tan cierta que desde la misma Senescyt salió aquello de que se les ha marcado la vida a miles de jóvenes que no aprobaron y que es una deuda pendiente. Evidente crisis existencial.

Los cambios en las pruebas, esperemos que no sean epidérmicos ni improvisados. Sabemos de su complejidad en el mundo, pero hay que hablar de presupuesto, oferta de las universidades y demanda de la sociedad, desestandarización y ajustes curriculares en básica y bachillerato.

El “cambiar todo para que nada cambie”, gatopardismo puro, podía estar cumpliéndose. Ineval pasó a otra etapa en la que los puntos antes descritos no se han tratado totalmente. El momento histórico no es para aparentar cambios, hay que remover la base que sigue incólume, de lo contrario, la violencia y la agresividad son amenazas latentes.

[email protected]

Fabián Cueva Jiménez

Por su origen no son conductas sinónimas; la primera, está en toda especie viva y es genética, se da por: amenazas de territorio, desaparición de fuentes de alimentación, peligros de vida; mientras que, la segunda, busca obtener control y poder, es eminentemente social.

En los últimos acontecimientos en varios países latinoamericanos se unieron y hasta confundieron. En Chile, supuestamente el país con los mejores indicadores macroeconómicos los tumultos fueron más intensos y duraron más, pero las motivaciones fueron igual que en Colombia, Ecuador, Bolivia.

Dijeron: “El levantamiento no es por los 30 pesos de incremento de pasajes, es por todo lo ocurrido en 30 años”; y al referirse a los estudiantes: “Ninguno lanza un cóctel molotov porque siente ganas y parece divertido”. La furia fue por el incumplimiento de dos de seis deudas sociales: educación y movilidad, abusos y corrupción.

La prueba Ser Bachiller puede ser un detonante, la frustración es inmensa, tan cierta que desde la misma Senescyt salió aquello de que se les ha marcado la vida a miles de jóvenes que no aprobaron y que es una deuda pendiente. Evidente crisis existencial.

Los cambios en las pruebas, esperemos que no sean epidérmicos ni improvisados. Sabemos de su complejidad en el mundo, pero hay que hablar de presupuesto, oferta de las universidades y demanda de la sociedad, desestandarización y ajustes curriculares en básica y bachillerato.

El “cambiar todo para que nada cambie”, gatopardismo puro, podía estar cumpliéndose. Ineval pasó a otra etapa en la que los puntos antes descritos no se han tratado totalmente. El momento histórico no es para aparentar cambios, hay que remover la base que sigue incólume, de lo contrario, la violencia y la agresividad son amenazas latentes.

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Fabián Cueva Jiménez

Por su origen no son conductas sinónimas; la primera, está en toda especie viva y es genética, se da por: amenazas de territorio, desaparición de fuentes de alimentación, peligros de vida; mientras que, la segunda, busca obtener control y poder, es eminentemente social.

En los últimos acontecimientos en varios países latinoamericanos se unieron y hasta confundieron. En Chile, supuestamente el país con los mejores indicadores macroeconómicos los tumultos fueron más intensos y duraron más, pero las motivaciones fueron igual que en Colombia, Ecuador, Bolivia.

Dijeron: “El levantamiento no es por los 30 pesos de incremento de pasajes, es por todo lo ocurrido en 30 años”; y al referirse a los estudiantes: “Ninguno lanza un cóctel molotov porque siente ganas y parece divertido”. La furia fue por el incumplimiento de dos de seis deudas sociales: educación y movilidad, abusos y corrupción.

La prueba Ser Bachiller puede ser un detonante, la frustración es inmensa, tan cierta que desde la misma Senescyt salió aquello de que se les ha marcado la vida a miles de jóvenes que no aprobaron y que es una deuda pendiente. Evidente crisis existencial.

Los cambios en las pruebas, esperemos que no sean epidérmicos ni improvisados. Sabemos de su complejidad en el mundo, pero hay que hablar de presupuesto, oferta de las universidades y demanda de la sociedad, desestandarización y ajustes curriculares en básica y bachillerato.

El “cambiar todo para que nada cambie”, gatopardismo puro, podía estar cumpliéndose. Ineval pasó a otra etapa en la que los puntos antes descritos no se han tratado totalmente. El momento histórico no es para aparentar cambios, hay que remover la base que sigue incólume, de lo contrario, la violencia y la agresividad son amenazas latentes.

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Fabián Cueva Jiménez

Por su origen no son conductas sinónimas; la primera, está en toda especie viva y es genética, se da por: amenazas de territorio, desaparición de fuentes de alimentación, peligros de vida; mientras que, la segunda, busca obtener control y poder, es eminentemente social.

En los últimos acontecimientos en varios países latinoamericanos se unieron y hasta confundieron. En Chile, supuestamente el país con los mejores indicadores macroeconómicos los tumultos fueron más intensos y duraron más, pero las motivaciones fueron igual que en Colombia, Ecuador, Bolivia.

Dijeron: “El levantamiento no es por los 30 pesos de incremento de pasajes, es por todo lo ocurrido en 30 años”; y al referirse a los estudiantes: “Ninguno lanza un cóctel molotov porque siente ganas y parece divertido”. La furia fue por el incumplimiento de dos de seis deudas sociales: educación y movilidad, abusos y corrupción.

La prueba Ser Bachiller puede ser un detonante, la frustración es inmensa, tan cierta que desde la misma Senescyt salió aquello de que se les ha marcado la vida a miles de jóvenes que no aprobaron y que es una deuda pendiente. Evidente crisis existencial.

Los cambios en las pruebas, esperemos que no sean epidérmicos ni improvisados. Sabemos de su complejidad en el mundo, pero hay que hablar de presupuesto, oferta de las universidades y demanda de la sociedad, desestandarización y ajustes curriculares en básica y bachillerato.

El “cambiar todo para que nada cambie”, gatopardismo puro, podía estar cumpliéndose. Ineval pasó a otra etapa en la que los puntos antes descritos no se han tratado totalmente. El momento histórico no es para aparentar cambios, hay que remover la base que sigue incólume, de lo contrario, la violencia y la agresividad son amenazas latentes.

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