Quito vivió otra jornada marcada por el vandalismo

Mientras se escuchaba el retumbar de las bombas lacrimógenas en el sector del parque El Arbolito y la Asamblea Nacional, hubo comerciantes, vendedores informales y restaurantes que decidieron intentar trabajar para ganar algo de dinero, tras varios días de cierre obligado de los locales.

Pensaron que por ser fin de semana la intensidad de las manifestaciones, los bloqueos de las vías, las represión bajarían de intensidad.

Con esa perspectiva Juan E. decidió ofrecer audífonos y cables para celular.

Ximena Salazar abrió su local de ropa y comentó que en los días de paro no ha vendido nada y que requiere reunir 1.000 dólares para pagar el arriendo.

En tanto que Bertha Guamán, que vende helados de paila en el sector de San Blas, expresó que le toca trabajar para llevar el alimento a su casa.

En todos estos casos, las actividades se realizaron en el marco de la zozobra.

Comentaron que apenas se agudiza la situación, cierran los negocios o emprenden una veloz carrera hacia zonas seguras. Panorama que se repitió ayer, a pesar de ser sábado que incluyó un día de feriado.

También se repitió algo que ha caracterizado a Quito estos día: la ausencia de transporte público.

Paralización

En el resto de la ciudad se reportaron cierres con quemas de llantas, madera y material vegetal para impedir la circulación vehicular. Sectores como Guamaní, Mercado Mayorista, Napo, Villa Flora, el puente de Guajaló que conecta con la Simón Bolívar, la Occidental, La Oriental, La Ofelia, Avenida de la Prensa, 6 de Diciembre, Galo Plaza Lasso, Mitad del Mundo, Carapungo y varias otras vías fueron bloqueadas por los manifestantes.

En algunos puntos incluso se reportaron saqueos. Los dueños de los negocios de la ciudad se vieron ayer en la obligación de cerrarlos. Las tiendas de barrio y los mercados populares como el de La Ofelia no atendieron al pública conforme avanzaban las horas.

Las terminales terrestres de Carcelén y Quitumbe tampoco operaron, a pesar de la demanda de pasajeros.

EL DATO

Un grupo de policías fue retenido en el sector de Calderón, pero liberados horas más tarde.

Mientras se escuchaba el retumbar de las bombas lacrimógenas en el sector del parque El Arbolito y la Asamblea Nacional, hubo comerciantes, vendedores informales y restaurantes que decidieron intentar trabajar para ganar algo de dinero, tras varios días de cierre obligado de los locales.

Pensaron que por ser fin de semana la intensidad de las manifestaciones, los bloqueos de las vías, las represión bajarían de intensidad.

Con esa perspectiva Juan E. decidió ofrecer audífonos y cables para celular.

Ximena Salazar abrió su local de ropa y comentó que en los días de paro no ha vendido nada y que requiere reunir 1.000 dólares para pagar el arriendo.

En tanto que Bertha Guamán, que vende helados de paila en el sector de San Blas, expresó que le toca trabajar para llevar el alimento a su casa.

En todos estos casos, las actividades se realizaron en el marco de la zozobra.

Comentaron que apenas se agudiza la situación, cierran los negocios o emprenden una veloz carrera hacia zonas seguras. Panorama que se repitió ayer, a pesar de ser sábado que incluyó un día de feriado.

También se repitió algo que ha caracterizado a Quito estos día: la ausencia de transporte público.

Paralización

En el resto de la ciudad se reportaron cierres con quemas de llantas, madera y material vegetal para impedir la circulación vehicular. Sectores como Guamaní, Mercado Mayorista, Napo, Villa Flora, el puente de Guajaló que conecta con la Simón Bolívar, la Occidental, La Oriental, La Ofelia, Avenida de la Prensa, 6 de Diciembre, Galo Plaza Lasso, Mitad del Mundo, Carapungo y varias otras vías fueron bloqueadas por los manifestantes.

En algunos puntos incluso se reportaron saqueos. Los dueños de los negocios de la ciudad se vieron ayer en la obligación de cerrarlos. Las tiendas de barrio y los mercados populares como el de La Ofelia no atendieron al pública conforme avanzaban las horas.

Las terminales terrestres de Carcelén y Quitumbe tampoco operaron, a pesar de la demanda de pasajeros.

EL DATO

Un grupo de policías fue retenido en el sector de Calderón, pero liberados horas más tarde.

Mientras se escuchaba el retumbar de las bombas lacrimógenas en el sector del parque El Arbolito y la Asamblea Nacional, hubo comerciantes, vendedores informales y restaurantes que decidieron intentar trabajar para ganar algo de dinero, tras varios días de cierre obligado de los locales.

Pensaron que por ser fin de semana la intensidad de las manifestaciones, los bloqueos de las vías, las represión bajarían de intensidad.

Con esa perspectiva Juan E. decidió ofrecer audífonos y cables para celular.

Ximena Salazar abrió su local de ropa y comentó que en los días de paro no ha vendido nada y que requiere reunir 1.000 dólares para pagar el arriendo.

En tanto que Bertha Guamán, que vende helados de paila en el sector de San Blas, expresó que le toca trabajar para llevar el alimento a su casa.

En todos estos casos, las actividades se realizaron en el marco de la zozobra.

Comentaron que apenas se agudiza la situación, cierran los negocios o emprenden una veloz carrera hacia zonas seguras. Panorama que se repitió ayer, a pesar de ser sábado que incluyó un día de feriado.

También se repitió algo que ha caracterizado a Quito estos día: la ausencia de transporte público.

Paralización

En el resto de la ciudad se reportaron cierres con quemas de llantas, madera y material vegetal para impedir la circulación vehicular. Sectores como Guamaní, Mercado Mayorista, Napo, Villa Flora, el puente de Guajaló que conecta con la Simón Bolívar, la Occidental, La Oriental, La Ofelia, Avenida de la Prensa, 6 de Diciembre, Galo Plaza Lasso, Mitad del Mundo, Carapungo y varias otras vías fueron bloqueadas por los manifestantes.

En algunos puntos incluso se reportaron saqueos. Los dueños de los negocios de la ciudad se vieron ayer en la obligación de cerrarlos. Las tiendas de barrio y los mercados populares como el de La Ofelia no atendieron al pública conforme avanzaban las horas.

Las terminales terrestres de Carcelén y Quitumbe tampoco operaron, a pesar de la demanda de pasajeros.

EL DATO

Un grupo de policías fue retenido en el sector de Calderón, pero liberados horas más tarde.

Mientras se escuchaba el retumbar de las bombas lacrimógenas en el sector del parque El Arbolito y la Asamblea Nacional, hubo comerciantes, vendedores informales y restaurantes que decidieron intentar trabajar para ganar algo de dinero, tras varios días de cierre obligado de los locales.

Pensaron que por ser fin de semana la intensidad de las manifestaciones, los bloqueos de las vías, las represión bajarían de intensidad.

Con esa perspectiva Juan E. decidió ofrecer audífonos y cables para celular.

Ximena Salazar abrió su local de ropa y comentó que en los días de paro no ha vendido nada y que requiere reunir 1.000 dólares para pagar el arriendo.

En tanto que Bertha Guamán, que vende helados de paila en el sector de San Blas, expresó que le toca trabajar para llevar el alimento a su casa.

En todos estos casos, las actividades se realizaron en el marco de la zozobra.

Comentaron que apenas se agudiza la situación, cierran los negocios o emprenden una veloz carrera hacia zonas seguras. Panorama que se repitió ayer, a pesar de ser sábado que incluyó un día de feriado.

También se repitió algo que ha caracterizado a Quito estos día: la ausencia de transporte público.

Paralización

En el resto de la ciudad se reportaron cierres con quemas de llantas, madera y material vegetal para impedir la circulación vehicular. Sectores como Guamaní, Mercado Mayorista, Napo, Villa Flora, el puente de Guajaló que conecta con la Simón Bolívar, la Occidental, La Oriental, La Ofelia, Avenida de la Prensa, 6 de Diciembre, Galo Plaza Lasso, Mitad del Mundo, Carapungo y varias otras vías fueron bloqueadas por los manifestantes.

En algunos puntos incluso se reportaron saqueos. Los dueños de los negocios de la ciudad se vieron ayer en la obligación de cerrarlos. Las tiendas de barrio y los mercados populares como el de La Ofelia no atendieron al pública conforme avanzaban las horas.

Las terminales terrestres de Carcelén y Quitumbe tampoco operaron, a pesar de la demanda de pasajeros.

EL DATO

Un grupo de policías fue retenido en el sector de Calderón, pero liberados horas más tarde.