Durante 70 días en el Centro de Detención Provisional de El Inca (CDP, Quito), el desarrollador de software Ola Bini, investigado por una presunta vulneración a sistemas informáticos, se dedicó a pensar. Sin un español fluido para conversar con los 95 presos que compartían las 17 celdas de su bloque, también leyó y comenzó a escribir un libro sobre privacidad y seguridad informática.
“En la cárcel no hay otra cosa que hacer, qué pensar”, cuenta a La Hora. No nos recibe en su casa porque la Policía no le permite ingresar; la entrevista se realiza en la sala de reuniones de un edificio, en el norte de Quito.
Bini salió de la cárcel el jueves anterior, después de que un tribunal de la Corte Provincial de Pichincha aceptó el ‘Hábeas Corpus’ que presentó, por considerar que sus derechos constitucionales fueron violados y que su detención fue ilegal.
¿Cuáles fueron sus pensamientos en la cárcel?
Estaba confundido y con miedo sin saber cuánto tiempo estaría ahí. Pasé muchas horas tratando de descubrir por qué está pasando esto. Lo más extraño es que nunca me han dicho qué hice, no me han hecho preguntas, no me han mostrado evidencias.
¿Qué fue lo primero que pensó cuando supo que el Tribunal resolvió dejarle en libertad?
No me acuerdo exactamente cómo me sentí ni lo que pensé. Fue un ‘shock’, porque esperábamos lo opuesto, que los jueces dieran alguna explicación extraña de por qué mis derechos no habían sido violados.
Cree que existe presión política sobre su caso?
Sí. El sector político ha estado presionando a la Justicia.
¿Alguna vez ha desarrollado proyectos para el anterior o este Gobierno?
No. Trabajo con software que puede ser usado por los gobiernos, pero no he hecho un proyecto específico para ellos.
Desde el Ejecutivo se lo ha vinculado con el excanciller Ricardo Patiño.
No lo conozco, lo que se ha dicho es mentira.
La instrucción fiscal termina en poco tiempo, ¿colaborará con la investigación entregando sus contraseñas?
He dicho que si me dicen qué he hecho, cómo y cuándo les podría dar mis contraseñas. Si abren mis dispositivos no van a encontrar nada que indique que he hecho algo malo, porque soy inocente. Tengo miedo que si los abren podrían plantar alguna evidencia. (AGO)