Mascotas: hay que pasar del ‘regalo’ a la adopción responsable

Registro. ‘Gira’ es el nombre de la perrita que el Alcalde de Quito entregó al ciclista Richard Carapaz, campeón del Giro de Italia 2019.
Registro. ‘Gira’ es el nombre de la perrita que el Alcalde de Quito entregó al ciclista Richard Carapaz, campeón del Giro de Italia 2019.

Aunque el alcalde de Quito, Jorge Yunda, ha dejado clara su postura animalista regalando mascotas en instituciones nacionales y municipales. Defensores de los animales señalan que estas adopciones deben darse de forma técnica.

Yunda también decretó que el Municipio se convertiría en un edificio amigable con los animales (‘Pet friendly’), para que los funcionarios y usuarios puedan llevar a sus mascotas una vez por semana. Esto ha significado la creación de un manual de convivencia que, según el Municipio, estaría listo esta semana.

Entrega de perros
Hasta el momento, siete perros han sido dados en adopción como parte de la campaña ‘Chester Vive’, que intenta encontrar un hogar para animales rescatados por Urbanimal, dentro de las instituciones municipales.

Yunda también entregó una cachorra rescatada a Richard Carapaz, ganador del Giro de Italia

Shadi Heredia, veterinaria y coordinadora de campañas en la fundación Protección Animal Ecuador (PAE), indica que la intención es buena pero que es la parte técnica con la que no está de acuerdo. “Estás entregando animales como premio, como objetos, que es justamente lo que queremos dejar de transmitir”.

Heredia hace hincapié en que dar un perro a una persona que no lo ha pedido supone que exista una adopción obligada. Esto es algo que impide que se vea al animal como un miembro más de la familia.

Para la activista, la adopción significa un proceso interno dentro del hogar, que deben trabajarlo los adultos responsables. “Si alguien dice quiero un perrito para mi hijo de 3 años, esa no es una adopción óptima, porque un niño no puede costear las vacunas, la comida y todo lo que implica”.

Katherine León, coordinadora del colectivo ‘Manada UCE’, que se encarga de proteger a la fauna urbana dentro y en los alrededores de la Universidad Central del Ecuador, califica estas acciones como una estrategia política de aceptación social. “A Carapaz se le entregó un perro sin consultarle”.

León agrega que no todos los perros de la calle quieren salir de su territorio. “Existen animales de compañía comunitarios, que son los que no tienen dueño pero que ya forman parte de un espacio”.

En esos casos, León afirma que se debe hacer un estudio que determine que el perro logrará adaptarse. De lo contrario, el protocolo a seguir sería la esterilización y el compromiso de la ciudadanía aledaña.

Apego. ‘Pacha’ es muy querida por la gente de la Asamblea Nacional.
Apego. ‘Pacha’ es muy querida por la gente de la Asamblea Nacional.

Bienestar animal
Andrés Ortega, coordinador de la carrera de medicina veterinaria de la Universidad UTE, comenta que las campañas de adopción deben ir de la mano con las de bienestar animal. “Es un tema que se tiene que tratar social y académicamente”.

Ante esto, la UTE realizó Jornadas de Bienestar Animal, donde se capacitó a los estudiantes de veterinaria y público en general sobre el trato responsable de animales de compañía y el manejo bioético de los pacientes.

Heredia señala que las políticas públicas de bienestar animal deben integrarse en todos los procesos que involucren fauna urbana, producción, fauna silvestre, laboratorios y espectáculos. (AVV)

Primeras experiencias
° La Policía Metropolitana, la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP), la Empresa de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs), Secretaría de Seguridad, Asamblea Nacional y Empresa de Pasajeros, son las instituciones que han adoptado un cachorro que estaba abandonado.

La subteniente Laura Beltrán trabaja en la Asamblea Nacional, lugar que acogió a ‘Pacha’ una perrita de dos meses que fue encontrada en un basurero, en el norte de Quito.

Beltrán comenta que todo el personal se ha encariñado con la cachorrita, en especial los escoltas legislativos que fueron los que se encargaron de adecuarle un espacio donde dormir y comer a la pequeña, que es la consentida del lugar.

Los asambleístas, además, suelen llevarla a la sesión del Pleno o conceden entrevistas junto a ella.