Íntag, un destino fantástico para disfrutar

COMPLEJO. Las seis piscinas tienen aguas medicinales de origen volcánico. Son el atractivo de los turistas. (Archivo)
COMPLEJO. Las seis piscinas tienen aguas medicinales de origen volcánico. Son el atractivo de los turistas. (Archivo)
DESCANSO. Desde el restaurante se disfruta del correr de las aguas que cruza Nangulví. (Archivo)
DESCANSO. Desde el restaurante se disfruta del correr de las aguas que cruza Nangulví. (Archivo)
AVENTURA. Los deportes extremos forman parte de la oferta turística en Nangulvi e Íntag. (Archivo)
AVENTURA. Los deportes extremos forman parte de la oferta turística en Nangulvi e Íntag. (Archivo)

A 39 km al oeste de Cotacachi, cantón de Imbabura, está el Valle de Íntag, un sitio mágico conformado por una exuberante vegetación y fauna. Aquí puede relajarse y compartir conversaciones con los amables habitantes de la zona. Llegan personas de diferentes partes del país y del exterior, atraídos por la belleza natural y por sus aguas termales, ideales para curar enfermedades y aliviar tensiones.

Para no olvidar
En el camino es posible admirar grandes espacios verdes, algunos de los cuales todavía conservan su virginidad. Son sitios donde viven especies escondidas de la mirada del hombre, como el jaguar, el oso de anteojos, los venados, los conejos, la guanta, la guatusa, los tigrillos, las nutrias, el tutamono, las boas y más.

Aquí parece que el tiempo se detiene o que las manecillas del reloj pasan lentamente. Se puede escuchar el canto de las aves, el ruido del agua que corre por los ríos, respirar aire puro y recargar energías.

Conforme se desciende al Valle, la temperatura empieza a variar luego de cruzar por el páramo, donde el frío es penetrante.

Diversión en la naturaleza
Al llegar a la parroquia de Apuela, la temperatura oscila entre 10 y 25 ºC; por instantes se sentirá atrapado en medio de montañas. Para muchos, esta es una sensación de misterio y, para otros, una experiencia inolvidable. Después de una hora y media de viaje, ya inmersos en una zona tropical, nada mejor que sumergirse en las aguas termales de Nangulvi, ubicadas en la parroquia de Peñaherrera, que son un manantial de origen volcánico rodeado de colinas cubiertas de bosque primario. De ahí sus bondades curativas.

EL DATO
El hospedaje cuesta 35 dólares por persona, incluida la cena y el desayuno, más el ingreso a las piscinas.El complejo cuenta con seis piscinas. En algunas la temperatura del agua sobrepasa los 50º C, imposible resistir, pero hay quienes optan por entrar a ellas y luego combinan con un chapuzón en el agua fría y cristalina del río Íntag. Este es alimentado por aguas de los ríos Pamplona, Aguagrún, San Pedro, Nangulví, Toabunche, y Cristopamba, que descienden del río Yanahurco y de la Cordillera del Toisán.

El río Íntag cruza a pocos metros del complejo de Nangulvi. Disfrutar de este ambiente con amigos y familiares constituye una aventura sin igual. (CM)

Adrenalina pura
° Para disfrutar a plenitud, la aventura está también presente en Íntag. La corriente del río permite practicar rafting y en sus alrededores existen senderos para caminatas, cabalgatas y bicicletas. Aquí se pueden observar aves como el gallito de la peña, los tayos, y llegar hasta cascadas como la Puma y la Dorada.

Se oferta el tour del café, visitas a una finca agroecológica cercana y al museo arqueológico Gualimán.

Guía para llegar

° Desde Quito salen buses de la cooperativa Otavalo, que tienen frecuencias diarias a Íntag. El pasaje cuesta 2,80 dólares.

° En la ruta Cotacachi-Quiroga-Íntag se abordan los buses de la cooperativa Valle de Íntag. El pasaje tiene un valor de 2,80.

° Desde Otavalo hasta las termas de Nangulvi salen buses de la cooperativa Otavalo. El costo del pasaje es de 2,80 dólares.

Gastronomía
Tradicional

° El picadillo es el plato típico de la zona de Íntag. Se prepara con fréjol y plátano verde.

° La yuca y el camote acompañan al pescado y la fritada.

° El caldo de gallina criolla es otra de las delicias que se encuentran en el sitio.