Las velas mantienen su luz en la calle Flores

Artesanía. Las velas tienen varios diseños y usos. Acompañan a los fieles en las romerías y cultos, a otras se las utiliza para adornar la casa.
Artesanía. Las velas tienen varios diseños y usos. Acompañan a los fieles en las romerías y cultos, a otras se las utiliza para adornar la casa.

Sobre la calle Flores hay manos que han aprendido a convivir con la parafina. Son mujeres y hombres de varias generaciones que se han dedicado a elaborar las velas con diferentes diseños. La gente los adquiere para el viacrucis, los bautizos y los matrimonios.

Elba Quillupangui, de 72 años, convirtió a la fabricación de velas en un negocio familiar. En su elaboración intervienen sus hijos y nietos. Aunque la venta ha bajado, según dice, el espíritu y el ánimo se mantienen. “Los cirios pascuales tienen más demanda en esta época del año”, comentó.

A su local, que está en la calle Flores, a una cuadra de la Plaza de Santo Domingo, lo mantiene lleno de velas.

Su historia

La elaboración de las velas es una herencia que la dejó su bisabuelo. Primero las elaboraba con grasa de animal, luego con la cera de abeja -un producto escaso y caro- y ahora solo trabaja con parafina china, porque hay otras que son alemanas, argentinas y colombianas, pero su contextura no le han logrado convencer.

El Dato
Elba Quillupangui empezó con la elaboración de velas con grasa de animal, luego con cera de abeja y hoy las fabrica a base de parafina.
Quillupangui siente que el negocio ha decaído y está convencida que es a consecuencia de la “crisis económica que atraviesa el país”. De un promedio de 5.000 y 6.000 velas que antes vendía mensualmente, ahora máximo llega a 2.000. “La gente está pobre, ha dejado de comprar las velas”, dijo indicando su despensa y la bodega, donde hay centenares de ellas.

Pero no es la única que fabrica las velas en esta calle, a un paso hay otros negocios que es atendido por un señor de la tercera edad que se niega a revelar su nombre y a ofrecer información.

Los meses buenos para la venta de velas son mayo y junio, por las primeras comuniones que se realizan.

Estos pequeños negocios surten la demanda de la gente que visita el Centro Histórico. El producto también se los encuentra en las tiendas, pero a otro costo y en los centros comerciales, donde entregan a los grandes productores. (PSD)