La fanesca: una tradición que lucha por sobrevivir

GANADORA. La fanesca de Narcisa Guaraca, condecorada por la UDLA, tuvo gran clientela esta semana.
GANADORA. La fanesca de Narcisa Guaraca, condecorada por la UDLA, tuvo gran clientela esta semana.

El día empezó temprano para las ‘caceras’ del mercado Iñaquito. ‘Hoy fanesca’, se leía en varios letreros improvisados. El último día de la Pascua, los comensales aprovechaban para darse un gustustito con el plato tradicional.

Con curiosidad y antojo, varios se acercaban al ‘Comedor Nancita’, de Narcisa Guaraca. El local resultó ganador en el concurso ‘El lado dulce de la fanesca’, organizado por la Universidad de Las Américas, que premió los platos con mejor sabor de la ciudad.

El galardón le dio popularidad al puesto y su propietaria contó que durante la Semana Santa llegaron más clientes que otros años. Tanto es así, que decidió prolongar la venta por una semana más.

Desde Miércoles de Ceniza, calcula que ha logrado reunir 1.000 dólares con la fanesca.

Guaraca aseguraba que el secreto de su exquisita receta era el orégano. “Muchas personas se repiten la fanesca, porque el orégano impide que le haga daño al estómago”, dijo y agregó que todos los productos que utiliza son orgánicos.

Costumbres
A pocos metros, en el comedor ‘Sabor criollo’ de Lucía Valencia, la fanesca borboteaba en la olla. La publicidad del concurso también le trajo mejores ventas, porque la gente quería conocer su sazón especial.

No corrieron la misma suerte las cocineras de la asociación ‘Sabores y tradición’, que año a año se reúnen en las afueras del Ministerio de Agricultura y Ganadería. En esta ocasión levantaron la feria un día antes, pues la venta no fue buena.

“Ya no hubo gente porque no hay dinero”, opinaba Margarita de Maldonado, quien durante 15 años ha participado en la feria y culpaba a la crisis económica por la falta de clientes. Los primeros días, lo máximo que han logrado vender ha sido 20 platos, este feriado la venta bajó a alrededor de cuatro platos diarios.

A pesar de la mala experiencia, Margarita afirmó que el próximo año volverá al mismo sitio. “Es la costumbre y hay que mantener la tradición”, dice.

Un plato laborioso
En el mercado de Santa Clara, Germania Silva recibía cálidamente a los comensales de ‘Hornados Doña Pepita’, local que su familia ha mantenido desde 1955.

EL DATO
El precio del plato fanesca estuvo entre 4 y 6 dólares en los mercados de la capital, con postre incluido. Hace 15 años que Silva heredó la tarea de preparar la fanesca. En esta ocasión, empezó a ofertarla desde el feriado de Carnaval, con la esperanza puesta en el turismo, pero las ventas solo llegaron a la mitad de lo recaudado en la Pascua anterior.

“Jueves y viernes, que es cuando más se vende, vendimos unos 50 platos. Los otros días, solo 8”. La mujer recalcó el esfuerzo que implica la realización de la fanesca, que es un plato complicado:

“Para hacer una olla trabajamos mi mamá, una chica que nos ayuda, mi hermano y yo”. Aunque en cada plato obtiene casi el 50% más de la inversión inicial, reparte la ganancia con sus ayudantes y, el resto, debe usarlo en comprar los ingredientes para la próxima olla.

Bajaron los precios
“Este año los granos estaban baratos”, comentó Cecilia Guachamín, propietaria del comedero ‘El sabor de Ceci’, en el Mercado Central. Aunque los precios de los ingredientes le beneficiaron, sus ventas también se redujeron. Su fanesca estuvo a cuatro dólares, y solo en Viernes Santo logró vender el perol completo.

“Cada año va aminorando la venta”, coincidió Rita Almáchani, quien atiende en su local ‘La exquisitez de Rita’. Ella invierte 70 dólares en cada olla de fanesca y recibe alrededor del 30% en ganancia. “Es más el sacrificio”, comentó.

Almáchani trabaja en el mercado desde que tenía 10 años, ayudando a su mamá en la preparación de la comida típica. Su sazón ha triunfado en varios concursos de degustación de platos tradicionales, y cree que estas iniciativas ayudan a aumentar la clientela. (AA)

FRASE

Cocinar la fanesca es una tradición que se va pasando de generación en generación”. Rita Almáchani, propietaria de ‘La exquisitez de Rita’.