San Juan de Dios pide donaciones

Drama. El ropero del albergue está casi vacío. La gente pide ayuda.
Drama. El ropero del albergue está casi vacío. La gente pide ayuda.

Un ropero con siete pares de zapatos, unas 30 camisas, un saco de paño, camisetas y algunas prendas más… Esto contiene actualmente el albergue San Juan de Dios, un sitio de acogida donde se atiende diariamente a unas 300 personas con alimentos, estadía y vestido.

Jaime Buitrago Gómez, director del centro, comentó que de forma regular el albergue hace campañas llamando a la ciudadanía para la recepción de donaciones, pues les hace falta ropa, ya que les resulta insuficiente cubrir la vestimenta de la gente que atienden.

Él hizo un llamado para que se done ropa de adultos. Con respecto a la comida, comentó que reciben donaciones de los mercados y empresas, que les ayudan con víveres. Pero les hace falta prendas para hombre y mujeres. “Vivimos de las donaciones, si no tuviéramos las donaciones el albergue no podría subsistir”, dijo.

Comentó que, últimamente, están llegando más personas, que los acogen y los mantienen por unos 15 días. Allí les ayudan con alimentación, estadía y vestido cuando tienen.

Realidad
En el albergue viven unos 150 adultos mayores. Ellos no cuentan con seguros, pues han sido rescatados de la calle. La situación se agrava con la llegada de los extranjeros, quienes aseguran que vienen caminando un promedio de un mes desde Cucuta, Colombia.

La campaña de donación ya se encuentra en marcha, por lo que solicitan ropa para adultos. Comparte que les llega prendas para los niños, la cual se se dona a la gente del sector, que también necesita.

“Tenemos un compromiso social con el sector y si ellos nos han aceptado, nos quieren y apoyan nuestra gestión, debemos que ser recíprocos. Tenemos un programa para este sector, mensualmente damos un mercado a 100 familias pobres”, dijo.

Para los adultos mayores del sector hay un programa denominado ‘Los años dorados’, que acoge a ancianos que tienen casa. Ellos acuden al albergue, desayunan, reciben terapia terapéutica y luego retornan a sus casas. (PSD)