130 de casos de acoso existirían en la Universidad Central

ESTABLECIMIENTO. En la Facultad de Ciencias Administrativas se destituyó a uno de los profesores implicados en casos de acoso.
ESTABLECIMIENTO. En la Facultad de Ciencias Administrativas se destituyó a uno de los profesores implicados en casos de acoso.

La cifra podría ser mayor, pues muchas de las víctimas tienen miedo de denunciar.

Dayana Trujillo y Lizbeth Caiza son las estudiantes de la Universidad Central del Ecuador (UCE) que denunciaron el acoso sexual que sufrieron por parte de los docentes de sus facultades.

En agosto fue la primera denuncia oficial. Pero no fue hasta el 13 de noviembre, que el Consejo Universitario decidió destituir a tres profesores de las facultades de Ciencias Médicas, Cultura Física y Ciencias Administrativas.

Daniela Hernández, presidenta de la Asociación Femenina Universitaria (AFU), dice que ella y su equipo trabajan por los alumnos en situación de vulnerabilidad. La AFU se encargó de guiar a las dos estudiantes para que rompieran el silencio.

Hernández asegura que las redes sociales y los plantones fueron un mecanismo de presión para que las autoridades tomaran cartas en el asunto.

Sin embargo, expone que hay alrededor de 130 alumnas víctimas de acoso en el proceso de denuncia. Según Hernández, las cifras no son exactas, ya que muchas no exponen lo que pasa, por miedo a represalias e incluso por vergüenza.

Cero tolerancia
Frente a esto, el vicerrector de la UCE, Washington Benítez, afirma que la Universidad ha planteado una política de cero tolerancia frente a los actos de abuso de poder. Reconoce el trabajo hecho por las asociaciones estudiantiles y la valentía de quienes se atrevieron a presentar las denuncias.

Acerca de los 130 casos que existirían, explica que es penoso que sean pocas las situaciones ventiladas, pero que una vez que las demás denuncias sean comprobadas, se iniciará el debido proceso para aplicar la Ley a todos los que actúen como acosadores de las estudiantes.

Benítez dice que, si bien esto representa una victoria, queda mucho por hacer en cuanto a la agilidad de los procesos. Considera que el manejo de la situación hace que un gran número de víctimas desistan al inicio o a la mitad del proceso. “Ellas no quieren pasar por una serie de declaraciones que se repiten constantemente y que les afecta sicológicamente”.

Para una de las víctimas, lo más difícil de enfrentar son los comentarios desatinados de las autoridades internas y externas. Ella cuenta que -durante el careo entre ambas partes, que el proceso de investigación requiere-, los agentes de la Policía le dijeron que acepte las disculpas del profesor y que con eso debía bastarle. Además, el docente reconoció haberla hostigado, pero según él, no era algo tan grave como tener relaciones sexuales.

Actualmente existen dos procesos. Uno administrativo, que es mediante el cual se realizó una sesión extraordinaria, que dictaminó la destitución de los profesores. Y un proceso jurídico que está en marcha.

En espera
La Hora solicitó el pasado 3 de septiembre una entrevista con Nilka Pérez, directora general de Bienestar Universitario (UCE), para dar a conocer los avances en la implementación de protocolos de prevención de acoso sexual en la comunidad universitaria.

Sin embargo, hasta el momento, no ha existido respuesta por parte de la autoridad. (AVV)

Testimonios
° Para las mujeres que estudian o han estudiado en la Central, el acoso por parte de profesores no es algo nuevo. Elizabeth T. egresó hace 10 años de la Facultad de Ciencias Químicas. Ella cuenta que había un profesor que, antes de finalizar el semestre, le avisaba a una estudiante que le faltaba uno o dos puntos para pasar la materia. La citaba en los parqueaderos de la universidad (cerca de la Facultad de Artes) y después le hacía propuestas de carácter sexual. “Antes de tomar la materia ya te advertían sobre él”, dice Elizabeth.

Ni ella ni sus compañeras dijeron nada, pues aquel docente era muy amigo del rector de esa época. “Nos decía que pensemos bien si queríamos quedarnos sin estudiar, nos amenazaba”, comenta.

Las cosas no han cambiado. Solo se han transformado, pues ahora existen nuevos mecanismos de acoso. Así lo cuenta Lizbeth, estudiante de tercer semestre, quien se vio obligada a dar su número de teléfono. Su profesor de matemáticas le indicó que la llamaría cuando ella previamente le informara que estaba sola.

El hostigamiento se intensificó y fue el 8 de septiembre, cuando la estudiante de Administración vivió un hecho que califica como traumático. “Metió sus dedos en mi boca, después tocó mis piernas y luego besó mis manos”, relata la estudiante, que afirma que todo eso pasó en el aula de clases. Ese mismo día, junto con su madre, puso la denuncia que se encuentra en la Unidad de Flagrancia.