Apasionados por la pesca

ALEGRÍA. René Balseca muestra los dos primeros peces que logró sacar del agua durante tres horas.
ALEGRÍA. René Balseca muestra los dos primeros peces que logró sacar del agua durante tres horas.
PREPARACIÓN. José Moreira prepara la carnada para la pesca.
PREPARACIÓN. José Moreira prepara la carnada para la pesca.
DINÁMICA. Uno de los equipos celebra la pesca de un bagre después de tres horas en altamar.
DINÁMICA. Uno de los equipos celebra la pesca de un bagre después de tres horas en altamar.
TÉCNICA. Rony Ramírez (derecha) saca del agua una mantarraya que quedó atrapada en su caña.
TÉCNICA. Rony Ramírez (derecha) saca del agua una mantarraya que quedó atrapada en su caña.

Texto y Fotos: Paola Carrillo Viteri

“Puedes pescar un róbalo en unas horas o no pescar ninguno nunca”, dice Pedro Véliz Ortega. Él ha pescado uno solo desde los 6 años. Ahora tiene cerca de 50 y la pesca se ha vuelto uno de sus pasatiempos favoritos. Sabe que esa variedad de pez que se encuentra en el Litoral ecuatoriano es muy difícil de atrapar, por su tamaño y la profundidad en la que vive. Con sus hermanos, primos y amigos participan en festivales de pesca deportiva, dos de los últimos en los que estuvieron fueron en Puerto Engabao y Cojimíes.

A ellos, la actividad les recuerda su infancia, cuando iban al río Quevedo y lanzaban sus cañas durante horas. Aseguran que la paciencia y el gusto son dos de las características que definen a un pescador. Eso también lo sabe Franklin Balseca y su hermano René, quienes han recorrido Sierra, Costa y Amazonía en busca de las variedades más cotizadas de las competencias como el róbalo o la corvina. Ellos aprendieron a pescar en el río Puela, en Chimborazo, donde nacieron.

La pasión por la pesca también hace que José Moreira viaje de España a Ecuador. El quevedeño ha vivido en Europa por más de dos décadas, pero las competencias de pesca hacen que retorne en agosto de cada año para participar en el Festival Internacional de pesca de Cojimíes.

Rony Ramírez y su hermano gemelo también aman estos festivales. Este año pescaron una mantarraya. No es parte de la lista de especies que concursan, pero ellos decidieron presentarla en la categoría de los “más raros”, después la devolverán al mar.

Esa es la dinámica que han seguido desde que participan en competencias, todo se vale por la pasión y por el trofeo.