Rumiñahui: 160 camales clandestinos

Situación. El alcalde Jácome reconoce que hay camales clandestinos
Situación. El alcalde Jácome reconoce que hay camales clandestinos

El faenamiento de ganado mayor y menor en el cantón Rumiñahui se lo hace en las casas desde que dejó de operar el camal en el barrio Cachaco, en la parroquia de Sangolquí. La sangre y los intestinos de los animales se arrojan a los ríos, como el Sambache, San Pedro y Santa Clara, provocando malos olores y la contaminación de las aguas, así lo denuncian los moradores.

Héctor Jácome, alcalde del cantón, dijo que durante siete años ha venido gestionando los permisos para la construcción de un camal que brinde facilidades a los introductores de ganado mayor y menor y que a la falta de uno se ha dado paso al desposte de las reses dentro de las mismas casas.
El funcionario reconoce que a la fecha se han identificado “más de 160 camales clandestinos en todo el poblado y que es una realidad con la que están conviviendo”.

“Son siete años de lidiar con tantas exigencias, enredos burocráticos lo que nos ha impedido hacer un centro de faenamiento, solo para lograr la viabilidad para el proyecto se tardaron ocho meses, por un certificado de Medio Ambiente, ahora estamos pagando intereses al banco del Estado por un crédito que se nos hizo”, dijo.

El Dato
El camal de Rumiñahui funcionó por varios años en el barrio Cachaco.Realidad

Uno de los camales clandestinos está localizado en el sector de Cotogchoa. Los moradores que viven en las riberas del río que atraviesa el poblado se quejan por los malos olores y la contaminación de las aguas. “Arrojan tripas, heces, sangre y el olor es insoportable”, dijo el propietario de una tienda.

Al llegar al sitio se pudo comprobar que al interior de un terreno se ha prefabricado un corral y unas 15 cabezas de reses estaban listas para ser faenadas. Uno de los trabajadores reconoció que es un camal, pero dijo que el dueño no se encontraba y que no podía dar declaraciones.

Los introductores de ganado menor dicen que el problema es que ningún vecino quiere convivir con un camal, que se han hecho algunos intentos para levantar un camal pero que no se logra por la oposición de la ciudadanía. (PSD)