Desigualdades latentes…

Roque Rivas Zambrano

El periodismo es un oficio pero también una trinchera. Es el lugar desde donde se puede plantear la guerra y exigir derechos. Es lo que han intentado evidenciar periodistas como Carrie Gracie, destacada editora de la BBC, al dejar su cargo por la “persistente desigualdad de género” en los salarios de la corporación británica.

Gracie, corresponsal de la cadena en China, habla fluidamente chino mandarín y lleva trabajando 30 años en la empresa, sintió que se estaban violando leyes al enterarse de que sus colegas hombres ganaban el 50% más que ella. El antecedente se dio hace un año, cuando la BBC reveló información sobre los salarios. Los británicos se estaban preguntando si el dinero que aportan al servicio público era bien empleado.

Los datos fueron reveladores. No solo las sumas de dinero que se paga a presentadores son exorbitantes (el exfutbolista Gary Lineker, conductor de programas deportivos, por ejemplo, obtuvo 2, 27 millones de dólares anuales), sino que además solo una tercera parte del “talento” son mujeres. Gracie presentó su renuncia al cargo y anunció que volverá a la redacción de Inglaterra y que espera que estas condiciones se regularicen y sean más igualitarias.

“No estoy pidiendo más dinero. Creo que estoy muy bien pagada ya, especialmente siendo una trabajadora de una organización financiada públicamente. Simplemente quiero que la BBC acate la ley y valore a los hombres y las mujeres por igual”, afirmó.

Esta polémica situación se vive a nivel mundial. El año pasado la ONU Mujeres afirmó que existe una brecha salarial del 23% entre hombres y mujeres. Y vaticinó que reparar este hecho, que representa un robo, tardará al menos 70 años. Lo que hizo Gracie representa un paso enorme para que las desigualdades no continúen siendo latentes.

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