Ninguna quebrada debió haber sido tocada

‘PAJARERO’. Carrión es ornitólogo, melómano, acuarelista, cultor de buen café, comunicador… Aquí, su taller en Cumbayá.
‘PAJARERO’. Carrión es ornitólogo, melómano, acuarelista, cultor de buen café, comunicador… Aquí, su taller en Cumbayá.

Juan Manuel Carrión recuerda el valor en flora y fauna de las viejas quebradas de Quito.

En la naturaleza nada sobra. ¿Qué patrimonio guardan las quebradas de Quito?
Las quebradas abrigan todos los patrimonios naturales. Pero lo que tenemos ahora es un muestrario muy empobrecido de lo que originalmente había. Los paisajes tienen un espíritu. Pero en la historia de la ciudad hemos modificado las formas de ese espíritu y existe la posibilidad de que la propia naturaleza recupere esas manifestaciones originales.

¿Por qué se hizo de las quebradas una especie de alfombra debajo de la cual metemos la basura de la ciudad?
Por comodidad. La cultura judeocristiana y eurocentrista que nos fue impuesta tiene un mandato en que el humano somete a todo lo vivo. Y luego Quito no era una planicie sino una ciudad de quebradas enclavada en los pliegues de las montañas. El Centro Histórico está sentado sobre quebradas. Entonces la ciudad fue rellenando las quebradas para expandirse. Asimismo, los quiteños no hemos cultivado la higiene y las quebradas fueron vistas como botaderos. Esa degradación física se convirtió en sinónimo de todo tipo de degradaciones. Un ejemplo, cuando hacia los 60 la Universidad Central va a Miraflores estaba rodeada de quebradas, que luego fueron rellenadas, entre otras razones, porque allí se escondían los manifestantes.

La quebrada fue vista como un impedimento para el flujo de la urbe…
Fue vista como un impedimento para la modernidad de la ciudad.

¿Cuáles son los hitos más vergonzosos en la historia de Quito que dan cuenta del taponamiento de quebradas?
Creo que el relleno de la quebrada de Jerusalén fue una gran pérdida. Me imagino el encanto que debió tener Quito con esos barrancos en medio de la ciudad. El asesinato del Machángara es otro hito. Pero aún podemos pensar en su recuperación para que vuelva a ser el Machángara de menta que decía Carrera Andrade en su poesía. El Machángara de las preñadillas, los jambatos y los patos de la torrente. En la colección del colegio Mejía existe uno de esos patos recogido en la la quebrada de El Censo, en 1938. Todas estas pérdidas son vergonzosas. Hay que reconocer los esfuerzos normativos de la Alcaldía por la recuperación de quebradas y también el trabajo de la comunidad. Hace poco participé en un programa de restauración de la quebrada Ortega, de Quitumbe y el barrio tiene allí un lindo parque. Pero sigue habiendo las descargas industriales y ciertos vecinos siguen haciendo del lugar una escombrera.

MEMORIA. Una imagen (1895-1905) del río Machángara, aún lleno de vida. Imagen del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural.
MEMORIA. Una imagen (1895-1905) del río Machángara, aún lleno de vida. Imagen del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural.

Es algo parecido a lo que ocurrió con El Troje: hay un hueco, entonces hay que taparlo…
Es la misma lógica de un botadero sin control. Los ciudadanos hacen eso: botan todo. En mi casa, sin embargo, he procurado dar algún uso a todos los escombros que se han generado se han quedado aquí. Pues con reciclaje tenemos que reducir el impacto sobre las quebradas.

¿Otro ejemplo de restauración?
Una de las quebradas en La Florida, del museo de sitio para arriba. Allí se han hecho huertos familiares y los vecinos que dan hacia la quebrada la incorporan como un gran atractivo. Esto tiene que ser difundido por un principio de autoestima.

¿Cuál sería la quebrada que aún conserva su patrimonio de flora y fauna?
La Ashintaco y todas las quebradas del parque metropolitano Guangüiltahua en general. Son fantásticas. Hay árboles patrimoniales como pumamaquis o quishuares que deben tener no menos de 200 años.

Siempre se ha pensado el norte como la gran planicie. ¿Qué quebradas de la zona debieron ser conservadas?
Todo lo que hoy es El Bosque. O la quebrada de La Gasca, por cuyo taponamiento a mediados de los 70 hubo un gran aluvión. Este gran flujo llegó hasta la 10 de Agosto y hubo fallecidos. La Shyris era una gran quebrada que conducía su cauce hacia la del Batán.

Allí había un salto de agua…
Claro, en lo que ahora es el partidero a Tumbaco y donde se ha hecho un gran embaulamiento.

Esta es la medida de que la naturaleza, en algún momento dado, recuperará su espacio…
Claro. Ninguna quebrada debió haber sido tocada. En los 80 Olstrom hizo unos estudios sobre el funcionamiento geomorfológico de la ciudad y ahí surgió la necesidad de crear una unidad de manejo de quebradas para evitar lo que ocurrió en La Gasca. Porque la lluvia que cae en el macizo del Pichincha requiere drenajes naturales, que son las quebradas, pero estas desaparecieron y el agua tiene que buscar la forma de discurrir. El sistema de alcantarillado, sin embargo, no está hecho para soportar esta carga, entonces se satura internamente, se socava y explota.

¿Así se explica la gran inundación de marzo pasado en el sector de La Y?
Una cosa es el caudal de las lluvias. Pero si todas las personas botan la basura en las alcantarillas ocurre lo de marzo. Allí una gran roca de concreto taponó uno de los colectores.

¿Qué pasa con las quebradas de los valles orientales?
Hay serios problemas en las que están alrededor del aeropuerto. Hay una proliferación de criaderos de pollos y chanchos, y camales clandestinos y todos sus residuos van a las quebradas. Esto genera una población de gallinazos altamente riesgosa para las operaciones aeroportuarias. (IFP)