Aquí llega el nuevo Circo de la Luz

MAESTRO. Álvaro Soto, el primero por la izquierda, es profesor de la escuela desde hace cuatro años.
MAESTRO. Álvaro Soto, el primero por la izquierda, es profesor de la escuela desde hace cuatro años.

Este proyecto que es impulsado por la Unidad Patronato San José recibió más de 7.000 alumnos en 2017.

¡Arriba el telón, luces y acción! Malabaristas, acróbatas, payasos, ángeles que vuelan, contorsionistas que realizan posiciones increíbles, danzantes, equilibristas. La magia destella en el nuevo Circo de la Luz, heredero del Circo Social, pero renovado y con más material, más infraestructuras, más personal capacitado pero con el mismo espíritu solidario e integrador.

El campamento base del proyecto está en un enorme hangar del parque Bicentenario. Nada más entrar se respira un ambiente muy distendido. Unos jóvenes practican capoeira, bajo los hipnóticos compases del ‘birimbao’, de cerca unos ‘skaters’ demuestran sus habilidades, muchos de ellos provienen de cursos de la Casa Metro Juventud, otro de los proyectos (al igual que este) que impulsa el Patronato.

ENSAYOS. Los jóvenes artistas practican sus acrobacias en las instalaciones del parque Bicentenario.
ENSAYOS. Los jóvenes artistas practican sus acrobacias en las instalaciones del parque Bicentenario.

Nuevos talentos
En la primera planta algunos de los estudiantes del circo realizan sus ejercicios. Por ahí está María Belén Terán (19), de Costa Rica, quien está cursando el primer nivel. Vino a vivir en Quito hace algunos meses, se enteró del proyecto y no dudó en apuntarse: “No tengo la intención de dedicarme profesionalmente, pero creo que es algo muy enriquecedor, que me beneficia, aquí he hecho amigos (…) hay muy buen ambiente, aprendemos todos juntos, somos de diferentes lugares, estilos, pero nos llevamos muy bien”, dice sonriendo.

EL DATO
Las personas interesadas en participar solo tienen que llevar una foto, una copia de la cédula y la planilla de pago de algún servicio básico. A su lado ensayando con unas pelotas se encuentra Andrés Albán (19), de Salcedo (Cotopaxi). En su caso, confiesa que le gustaría seguir indagando y profundizando en las artes circenses. Proviene de una de las Casas Metro, su especialidad son los malabares y la acrobacia. Aunque habla con cierta timidez, dice que ese es un defecto que ha ido perdiendo con cada presentación.

Esta cuestión es vital para Álvaro Soto, malabarista profesional y uno de los profesores del circo. “Esto es un circo social, no es profesional, es para las personas que tienen una inquietud, que les emociona este mundo, para altos y bajos, gordos y flacos, todos tienen cabida en este espacio, esa es la esencia del proyecto. Más allá de que si lleguen a ser profesionales o no las prácticas circenses sirven para que, a través de las técnicas, adquieran valores. El practicar cada día con las bolas o las mazas les va a dar constancia, voluntad, concentración, trabajo en equipo, solidaridad. Eso es lo verdaderamente importante”.

DIRECTO. Imagen de una de las actuaciones que realizó el Circo de la Luz recientemente.
DIRECTO. Imagen de una de las actuaciones que realizó el Circo de la Luz recientemente.

Joven premiado
Soto es un joven de 28 años delgado y espigado. Habla con parsimonia, como si jamás tuviera prisa. Es uno de los ‘duros’ del circo, lleva ya más de cinco años. A pesar de que asegura que no tiene un nivel de élite el año pasado resultó premiado por el prestigioso International Juggler’s Association, la más alta institución mundial de malabaristas. También ha viajado a países como México para impartir y recibir cursos en la materia. Transmite la paz del que hace lo que realmente le gusta, del que se realiza cada mañana al despertarse.

El Circo de la Luz como tal nació en noviembre de 2017, esa nomenclatura fue elegida por los propios alumnos, se trataba también de marcar un antes y un después en la gestión del mismo. Es un proyecto que actualmente desarrolla el Patronato, con María Fernanda Pacheco a la cabeza. Son cursos gratuitos, que se desarrollan a lo largo de la semana, en turno de mañana o tarde, unas 10 horas semanales. Está dividido en cuatro niveles, en los que van aumentando la dificultad.


Apuesta integradora

Cuando se habla del tema, a Pacheco se le ilumina el rostro. Es un proyecto en el que cree firmemente y por el que ha apostado fuerte: “Desde 2015 estamos usando nuevas metodologías, nuevos enfoques para generar un verdadero proceso de reinserción social, es un proyecto para construir un plan de vida, que fortalezca la autoestima. En este circo no hay distinción de razas, de orientación sexual, de pensamiento, son todo un ejemplo de armonía y entendimiento, eso es el Circo de la Luz. Son jóvenes que se están preparando, que tienen la oportunidad de mostrar su arte en eventos profesionales, incluso tienen su propio emprendimiento Alerta Naranja, en el que pueden generar beneficios con sus actuaciones. Desde 2015 son ya cerca de 25.000 jóvenes que han pasado por el Circo de la Luz y solo en 2017 fueron unas 7.600 quienes han formado parte de este proyecto gratuito y dirigido al sector más joven”.

A día de hoy es fácil verlos en actos que organiza el Patronato, en eventos solidarios o en alguna acción social. Quienes quieran verlos de cerca, podrán hacerlo el 16 de febrero, a las 17:00, cuando la escuela ofrecerá un gran show para dar la bienvenida a los nuevos alumnos titulados. Será en el hangar del Bicentenario. Prometen que será un show inolvidable. (MAP)