Agricultores de San José de Minas migran masivamente a la ciudad

Esfuerzo. Mariana Panchi trata de participar en todas las ferias programadas en Quito para promocionar a la parroquia y sus productos.
Esfuerzo. Mariana Panchi trata de participar en todas las ferias programadas en Quito para promocionar a la parroquia y sus productos.

“San José de Minas es un lugar hermoso, con tierra fértil y gente trabajadora, pero estamos olvidados por las autoridades. Nos hace falta de todo”. Con estas palabras, Mariana Panchi, oriunda de la parroquia y proveniente de una familia de agricultores, explicó la tragedia que se vive en el sector.

No existen accesos adecuados hacia y desde las comunidades, la mayoría de las carreteras ni siquiera están adoquinadas. “El traslado de las cosechas es un vía crucis. Las condiciones de los accesos hacen que los costos casi equiparen a los ingresos, por lo que ya no resulta negocio dedicarse a los cultivos”, añadió Panchi.

Como ejemplo puso que por un quintal de tomate reciben unos 6 dólares, pero para trasladar ese quintal hacia los intermediarios deben incurrir en costos de casi 5 dólares. “Tenemos que hacer muchos sacrificios para sacar nuestros productos y luego recibimos pagos ínfimos. Las ganancias se quedan con los mayoristas que venden en un valor cinco veces más alto de lo que nos pagan”, comentó Alberto Pigui, otro agricultor de la zona.

Además, la provisión de servicios básicos como el agua es muy deficiente y apenas llega a un 20% de los moradores. “A pesar de ser tierras llenas de fuentes naturales de agua, tenemos que padecer por tener una provisión mínima de subsistencia y para mantener nuestras plantaciones”, señaló Panchi.

Preocupación por migración
Aunque la generosa tierra de la parroquia permite el cultivo de pepino, naranjilla, manzanas, uvillas, zanahoria blanca, camote, hortalizas varias, legumbre y maíz, la mayoría de fincas del sector han tenido que reducir drásticamente el número de trabajadores en los últimos cuatro años.

“Más de la mitad de los vecinos han decidido probar suerte en la ciudad, aunque en la mayoría de los casos terminan ubicados en las zonas marginales y pasando grandes penurias económicas y sociales”, aseveró Pigui.

También puntualizó que por si no fuera poco la deficiente provisión de servicios básicos, la cada vez más grande escasez de transporte terminan de aniquilar a la mayoría de emprendimientos productivos.

Panchi pregonó que esta mala situación no le impide mantener los sueños intactos y espera que las autoridades y la gente de la ciudad se acuerden de la parroquia. “Necesitamos que los quiteños vengan acá. Hay mucha naturaleza y opciones para el llamado turismo ecológico”, afirmó. (JS)