Juan Carlos Proaño ha realizado seis misiones. Este año se cumplen 30 años de la primera.
El uniforme de militar con las condecoraciones en el pecho junto a su altura y su trayectoria infunden respeto, pero en las distancias cortas ofrece un trato cordial y cercano. Se trata del Director Ejecutivo del Instituto Antártico Ecuatoriano (INAE). Nació en Quito (1965), pero su vida laboral le llevó en Guayaquil. El Comandante Proaño es uno de los ecuatorianos que mejor conoce este vasto continente de los hielos eternos, uno de los últimos lugares del planeta escasamente intervenido por el hombre.
Ha experimentado navegaciones de riesgo atravesando en numerosas ocasiones el Paso Drake, una de las zonas más peligrosas del mundo para navegar, justo el lugar donde se encuentran los océanos Pacífico y Atlántico. El diario La Hora habla con este ‘lobo de mar’ para conmemorar el 50 aniversario de la Primera Declaración de Derechos Soberanos del Ecuador en la Antártida y el 30 del inicio la primera misión de Ecuador en ese continente.
¿Cuál ha sido tu momento más crítico en tus expediciones?
En una de las expediciones en la que estaba al mando se encontraban realizando labores de pintura en la cubierta de la estación, una persona se resbaló en la parte superior de la escalera y se cayó, luego de ayudarle a incorporarse, pudimos verificar que no podía mover sus piernas. Fue un momento terrible, de gran dolor y preocupación. Luego de darle unos primeros auxilios activamos un protocolo de emergencia, y obvio la colaboración entre las diferentes bases fue fundamental y muy importante. En menos de dos horas llegó un helicóptero desde Base Frei, base chilena ubicada en Isla Rey Jorge y lo evacuaron a un centro de salud. La incertidumbre y angustia era total. A los dos días regresó caminando, todo fue un enorme susto. La vida de las personas es lo más importante.
¿Cómo es la estación antártica de Ecuador?
La Estación Pedro Vicente Maldonado tiene una capacidad para 34 personas. Fue construida en 1988 durante la segunda expedición, con el apoyo del buque de investigaciones Orión, de la Armada de Ecuador. En mi primera expedición, en 1997, tan solo existía un módulo de unos 80 metros cuadrados, un único espacio donde se encontraba la cocina, el laboratorio, la zona de descanso, era como vivir en un refrigerador y se construyó el segundo módulo para que el personal tenga camarotes compartidos, actualmente hay cinco módulos, uno de ellos es un laboratorio de 100 metros cuadrados, inaugurado en el año 2011, uno de los mejores de todas las estaciones de verano. En la actualidad la estación cuenta con servicios básicos y de calefacción, para que los investigadores y personal logístico puedan ejecutar sus actividades con un adecuado bienestar. Las expediciones las realizamos cada año entre los meses de noviembre y marzo, que es cuando el clima es mejor, la temperatura oscila entre los dos grados bajo cero y los cero grados centígrados, pero la sensación térmica por el viento reinante es casi de 10 grados bajo cero, además tenemos casi 24 horas de luz al día.
¿Qué es lo que se hace en esta estación?
Son varios aspectos en los que se trabaja. Se da cumplimiento al Plan Ecuador Antártico, con sus programas, logístico, técnico-científico y ambiental y de difusión. Se desarrollan proyectos científicos en las áreas de biología, ecología, glaciología, química, geodesia e hidrografía que son útiles para Ecuador. También se realizan estudios sobre meteorología y cambio climático, toda esta investigación fortalece la presencia geoepolítica y oceanopolítica de nuestro país.
¿Cuáles son esos intereses geopolíticos?
La Antártida tiene una influencia directa sobre Ecuador. Por un lado nos conectamos geográficamente con ella, bajo la teoría de la defrontación, ya que los meridianos al este y oeste del anterior Mar Territorial Ecuatoriano y en la actualidad Zona Económica Exclusiva se proyectan hacia la Antártida en un territorio de 323.000 kilómetros, pero no solo eso; la Antártida es un regulador del clima mundial, más aún en el continente americano. Las corrientes frías de la Antártida aportan nutrientes a las especies marinas de la costa continental y de las Galápagos, que luego generan pesca y puestos de trabajo, es decir economía. Los ecosistemas están mucho más conectados de lo que nos imaginamos, el mar es el medio que los une.
Ecuador está de aniversario por partida doble, ¿nos puede explicar?
En el año 1967 por medio de la Asamblea Constituyente se realizó la declaratoria sobre los derechos soberanos del Ecuador en la Antártida, ahora hace justo 50 años, eso marcó el inicio del interés de nuestro país en el continente antártico. Luego, en 1987, esta declaración se ratificó por medio del Ejecutivo y del Congreso Nacional. Ese año se planificó la primera expedición al continente antártico, la Armada del Ecuador asumió otro de los más importantes retos en el ámbito marítimo, y es la institución que ha liderado las actividades antárticas, en principio con el Programa Antártico Ecuatoriano (PROANTEC) dependiente del Instituto Oceanográfico de la Armada (INOCAR) y desde el 2004 con el Instituto Antártico Ecuatoriano.
¿Cuál es el estatus de la base de Ecuador en la Antártida?
Es importante recordar que Ecuador no tiene soberanía territorial en la Antártida, pero ostenta el estatus de miembro consultivo del Tratado Antártico desde 1990. Tenemos derecho de uso del espacio, disponemos de una estación científica para realizar investigaciones. Están prohibidos los ejercicios militares, como también la eliminación de cualquier tipo de desechos radiactivos y explosiones nucleares. Son varios los países del mundo que declararon su interés por este continente, que reclaman soberanía antártica, denominados territorialistas: Australia, Nueva Zelanda, Argentina, Chile, Francia, Noruega y Reino Unido. El Tratado Antártico de 1961 deja estas pretensiones en un ‘estado de congelamiento’, pero no significa una renuncia de las mismas; el mismo tratado permite el derecho de uso de cualquier país interesado en desarrollar investigación en el continente blanco, siempre respetando a las demás naciones.
¿Cómo fue su primera expedición?
En el año 1997, durante la séptima expedición antártica, impresionan mucho esos vastos territorios de hielo, contrastan con el paisaje de nuestro país tropical. Hay que ir con ropa y calzado especial, no te puedes mojar, te enfrentas a un ambiente adverso a nuestra condición, muchas veces hostil, pero hermoso. En esa ocasión me desempeñé como jefe de la brigada de construcción, el apoyo del buque Orión fue determinante. Es también muy emocionante, la sensación de llegar a la Antártida es muy difícil de explicar con palabras, una gran satisfacción.
¿Cómo se gestó su vocación?
Siempre quise ser militar, me gustaba el uniforme, la disciplina, los valores que se defienden, luego tomé una de las mejores decisiones de mi vida: formar parte de la Armada de Ecuador. En 1983 ingresé a la Escuela Superior Naval, me gradué en 1988 como Teniente de Corbeta. Dentro de la Armada hay especialidades, la mía es la de oficial de superficie y de hidrógrafo. Obtuve una licenciatura en Ciencia Navales, y gracias a la Armada pude desarrollar estudios de postgrado en la Universidad Católica de Guayaquil, Ciencias Navales y Marítimas en Chile y una especialidad en sistemas de información geográfica obtenida en Colombia.
¿Recuerda su primer contacto con el mar?
Bueno, como todo niño quiteño mi sueño era ver el mar, conocer la playa, sus encantos, sus tonalidades, era algo lejano y misterioso. Luego de verlo me fui enamorando de él, y vi que mis primeros pasos estaban en rumbo de la Armada. Lo que nunca me imaginé es que terminaría trabajando en el Instituto Antártico Ecuatoriano, eso ha sido un maravilloso regalo de la vida. Es un gran honor, que conlleva una gran responsabilidad.
¿Qué les diría a los jóvenes interesados en la Armada del Ecuador?
Ante todo hay que tener un férreo sentido de amor a la Patria. Es una vida de mucho sacrificio y obligaciones, pero también de muchas satisfacciones. Se debe poseer una vocación marinera, tiene que gustarte mucho el mar. Hay que estar preparado para pasar mucho tiempo en soledad, se sufre la nostalgia de la familia a la distancia, hay que hacer muchas guardias, lidiar con temporales, no es precisamente fácil. También hay que saber tomar decisiones importantes en cuestión de un instante, decisiones drásticas pero justas, también hay mucho tiempo para la reflexión. El ser Oficial de Marina no es una profesión, es una vocación. Si los jóvenes ecuatorianos tienen un profundo sentimiento de servir a nuestro país, y sienten tener esa vocación, la Armada del Ecuador, puede ser su futuro. (MAP)
EL DATO
La INAE se fundó en 2004 y cuenta con el apoyo de la Armada de Ecuador.
La Antártida
La Antártida o continente antártico es el continente más austral de la Tierra. Está situada completamente en el hemisferio sur, casi enteramente al sur del círculo polar antártico, contiene el Polo Sur geográfico y está rodeada por el océano Antártico. Con 14’000.000 km, es el cuarto continente más grande después de Asia, América y África. En comparación con Australia, la Antártida es casi dos veces su tamaño. Alrededor del 98% de la Antártida está cubierta de hielo.
Ficha
El personaje
En 1983 entró en la academia de la Armada de Ecuador y se graduó en 1988 como teniente de corbeta.
Licenciado en Ciencias Navales.
Estudios de postgrado en la Universidad Católica de Guayaquil y de Ciencias Navales y Marítimas en Chile.
Especialidad en sistemas de información geográfica obtenida en Colombia.