El celibato en las diferentes religiones

RENUNCIA. Los santos y anacoretas hinduistas renuncian a todo tipo de práctica sexual.
RENUNCIA. Los santos y anacoretas hinduistas renuncian a todo tipo de práctica sexual.

Los célibes prefieren la soltería de forma permanente. No practican relaciones sexuales en su camino espiritual.

El celibato es una práctica milenaria que se extiende a un gran número de religiones en gran parte del planeta y que continúa vigente.

Sacerdotes cristianos, ascetas hindúes, monjes budistas han perpetuado este -para muchos- sacramento. Según marca las pautas el celibato implica un estado de no practicar ningún tipo de relación sexual, ni tampoco de vida en pareja, pero más allá de esta opción implica una modo de vida.

Esta práctica se suele vincular con la vida monástica o religiosa pero no es la única. Una persona no religiosa puede también desarrollar una vida célibe.

Iglesia Católica

Quizás la Iglesia Católica ha sido la religión monoteísta que más han profundizado en esta práctica. El celibato sacerdotal obligatorio fue establecido en el Concilio de Letrán, en el siglo XII, con el argumento de que el sacerdote debe consagrarse exclusivamente a Dios, pero en realidad su origen se remonta prácticamente a los inicios del cristianismo. Otro punto trascendental fue el concilio de Letrán (1123),

Este concilio también promulga que cualquier persona ordenada como sacerdote está imposibilitada para el matrimonio. Esta ley dio lugar al inicio de muchos sacerdotes de satanizar el sexo, ya que argumentaban que la sexualidad era un producto del pecado. Ha día de hoy es un principio que sigue inalterado tanto para hombres como mujeres ordenados.

EL DATO
El Islam reconoce la vida acética basada en la filosofía del sufismo.En el siglo III el historiador Tertuliana menciona en su libro ‘Exhortatione castitais’ sobre el gran número de sacerdotes que “habían elegido a Dios por esposo”.

De igual modo, el filósofo Orígenes justificaba el celibato sacerdotal como una manera de elevación espiritual. Sin embargo, en la iglesia cristiana primitiva no existía una obligación de la práctica del celibato para el sacerdocio.

El Concilio de Elvira, la más antigua declaración canónica religiosa, que data del 305 d.C., menciona que “se prohíbe a los obispos, presbíteros y diáconos que engendren hijos y que duerman con mujeres, y quien lo hiciere, será apartado del honor de la clerecía”.

Recientes estudios han revelado que muchos laicos piadosos practicaban el celibato como manera de aproximación a la divinidad.

Budismo

Los monjes y monjas budistas tienen como uno de sus primeros votos el de la castidad. Para comprender esta práctica hay que remontarse al testimonio de Sidartha Gautama, Buda, (560-480 a.C.), quien en su búsqueda de la Iluminación renunció a los placeres mundanos de la carne.

Los actuales monjes budistas buscan eliminar el sufrimiento a través del desapego de las cuestiones terrenales. El placer carnal entra en este terreno por lo que renuncian a mantener relaciones sexuales.

Hinduismo

Los llamados yoguis hinduistas, que habitan fundamentalmente en la India, practican también el celibato. Para ellos el semen tiene una enorme cantidad de energía y no debe ser malgastado.

Según dicen los textos sagrados “se necesita ochenta bocados de alimento para producir una gota de sangre y ochenta gotas de sangre para producir una gota de semen”.

Con el fin de no perder esta energía –que dedican a acceder a los estados más elevaos del ser- no practican el sexo. Muy conectado con esta idea está la idea del sexo tántrico practicado por muchos hinduistas no ordenados, que se basa en la práctica sexual sin llegar jamás al orgasmo.

Judaísmo e Islam

Tanto el judaísmo como el islam reconocen las necesidades sexuales de los seres humanos, y consideran que los instintos sexuales deben ser educados, no reprimidos.

90
mil sacerdotes están casados, según cifras de la propia Iglesia en 2015.El Islam afirma que cada parte de nuestro cuerpo responde a un propósito, y que no han sido creadas en vano. Poblar la tierra en un mandato divino, por lo que no lo practican. Al revés, algunos países islámicos a día de hoy existe la poligamia

En el judaísmo ocurre algo similar. En el Génesis, luego del relato del Diluvio Universal aparece el siguiente texto: “Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra”. Este deber bíblico de procreación aparece en varios pasajes como en el de Sara, cuando dice: “Dios me ha impedido tener hijos” y para cumplir con el mandamiento ésta da a su marido a su esclava Agar: “Únete a mi esclava, de pronto de ella tendrás hijos”. (MAP)