El primer cargamento parte hoy. La próxima semana seguirán activados los puntos de acopio.
La respuesta ciudadana ha sido mejor de la esperada. Ayer, a los cuatro puntos de acopio establecidos en la ciudad, llegaba un flujo constante de gente para entregar sus donativos. Hoy, a las 08:30, en un vuelo facilitado por la empresa Aeroméxico, sale la primera remesa de estas donaciones hacia Ciudad de México, Puebla y Morelos.
Las ayudas no solo son de Quito. El impulso solidario también se activó en otras ciudades. Así, la fundación Kahre en Guayaquil, el restaurante La Catrina en Cuenca y la Gobernación de Tungurahua en Ambato se convirtieron en centros de acopio.
Tanto los ecuatorianos como la colonia de mexicanos residentes en el país se pusieron manos a la obra para reunir y trasladar la mayor cantidad de productos posibles para ayudar a los damnificados del último terremoto.
María Fernanda Pacheco, presidenta del Patronato San José, explicó que desde el inicio les llovieron ofrecimientos para gestionar donativos desde diferentes lugares. “Las ayudas de Guayaquil, Cuenca y Ambato son receptadas por ciudadanos comunes preocupados por lo sucedido. Incluso el traslado hasta Quito corrió por su cuenta”, explicó.
Las donaciones no terminan con el cargamento que se envía hoy. Durante toda la próxima semana, en los mismos puntos de acopio ya establecidos, los ecuatorianos podrán seguir dejando alimentos no perecibles, guantes de construcción, linternas, pilas, velas o cobijas. Esto último es uno de los donativos que con más necesidad y urgencia se precisan en las zonas más golpeadas por la tragedia.
EL DATO
Uno de los donativos que más se requieren por el momento son cobijas.Por otro lado, desde la Cruz Roja Mexicana se informó que la dotación de agua embotellada que poseen es, por el momento, suficiente para hacer frente a la situación. Pacheco afirmó que Aeroméxico ofreció facilitar otro vuelo para que, en el transcurso de la próxima semana, se pueda enviar otro cargamento de ayuda desde Quito. “Todavía no está definida una fecha para esta nueva remesa. El llamado es a que la ciudadanía siga contribuyendo de la manera generosa en que lo ha venido haciendo”, puntualizó.
Aproximadamente 15 funcionarios del Patronato San José clasificaron y embalaron toda la ayuda enviada.
Historias
Héctor Tapi, vecino del Centro Histórico, donó 25 kilos de cocoa dulce. “La devastación que se ha podido ver por televisión es espantosa. Los mexicanos son nuestros hermanos y es nuestro deber ayudarlos en todo lo que se pueda”, comentó.
Fanny Vera, vecina de la Loma Grande, llegó con algunos enlatados y un par de cobijas. “Ningún donativo es pequeño. Lo importante es que mucha gente se comprometa y entregue algo en la medida de sus posibilidades”, aseveró.
Gloria Pinto llegó con un grupo de compañeros de trabajo cargando fundas llenas de alimentos no perecibles. “Debemos ser recíprocos, los mexicanos nos ayudaron mucho luego del terremoto de 2016”, afirmó. (JS)