Ya llega

Jorge Oviedo Rueda

Era previsible. Los políticos de visión corta, cuando llegan al poder, en lo primero que piensan es en reformar la Constitución. Se les infla el ego y sostienen que necesitan una Constitución “a su medida”. Esa es la razón por la cual los ecuatorianos refundamos el país cada cuatro años.

El licenciado Moreno no es la excepción. Sin cualidades políticas para adaptarse a la actual Constitución, ahora se embarca en la aventura de adaptar la Constitución a sus ideas y concepciones, sin darse cuenta que ese proceso depende de los intereses que están en juego en la sociedad y no de los caprichos personales de nadie.

La consulta popular planteada por LM no tiene otro fin que salirse del camino trazado por la RC y, desde esa óptica, lleva la de perder, porque una elemental lógica nos dice que las bases de AP votarán NO a lo que Lenín pregunte. Lo insólito es que su propio presidente les está pidiendo que cambien el rumbo.

Si Lenín planteara la consulta en la perspectiva de radicalizar los postulados originarios de la RC, entonces se explicaría, pero no se puede confundir proyecto con corrupción y caer en brazos de la oligarquía. Desde el triunfo de Correa en el 2006 he sostenido que la RC, para salvarse, necesita más revolución. Ni Correa, peor Lenin, tienen agallas para radicalizarla.

Ahora Lenín dice acordarse del “soberano”, porque la Constitución del 2008 le queda estrecha a la anatomía de la oligarquía. Los ciudadanos que queremos una mejor suerte para el Ecuador ya estamos cansados de que se tome el nombre del pueblo para alimentar los apetitos de las élites, ya va siendo hora de levantar un proyecto propio, enraizado en el pueblo, capaz de hundir en la derrota a los oligarcas disfrazados de revolucionarios y a la rancia oligarquía de siempre.

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