El Comité del Pueblo dice hasta pronto alpadre Colin

TESTIMONIO. Algunos de los edificios que fueron construidos por el religioso.
TESTIMONIO. Algunos de los edificios que fueron construidos por el religioso.
AGUA. Parte de las instalaciones para el agua potable construidas por el padre Colin McInnes.
AGUA. Parte de las instalaciones para el agua potable construidas por el padre Colin McInnes.
ÍCONO. La iglesia de San José Obrero fue finalizada gracias a la labor del padre escocés.
ÍCONO. La iglesia de San José Obrero fue finalizada gracias a la labor del padre escocés.
IMAGEN. Una fotografía del padre Colin cuando trabajaba en el Comité del Pueblo.
IMAGEN. Una fotografía del padre Colin cuando trabajaba en el Comité del Pueblo.

Mañana se rendirá homenaje al padre Colin McInnes, quien ayudó al construcción y dignificación del sector.

Son ya más de 12 años de la partida del padre escocés Colin McInnes del Comité del Pueblo, pero con tan solo escuchar su nombre los rostros de las personas que lo conocieron se iluminan de nuevo.

“Toda esta parroquia no existiría si no fuera por él. Nuestro agradecimiento es total. Su entrega y amor hacia los más desfavorecidos no tiene comparación. No hay palabras ni muestras de gratitud suficientes”, comenta emocionado Pedro Arévalo, vicepresidente del consejo parroquial de la parroquia San José Obrero, donde McInnes pasó gran parte de los 20 años que vivió en el Comité del Pueblo.

Al recorrer las calles de esta parroquia de aproximadamente 160.000 habitantes las huellas del padre Colin están del todo presentes: bien en unas viviendas sociales, en centros que funcionaron como emprendimientos, la Iglesia San José Obrero o el hospital público que se encuentra justo detrás de ella. Además de eso también imprimió un diario popular, inauguró una cooperativa de ahorro, realizó cursos para jóvenes y ancianos, construyó cuatro conjuntos de viviendas para personas sin recursos y, lo más recordado, el sistema de agua potable para todo el Comité del Pueblo

Incansable

“Tuve que ir a Nueva York para conseguir el financiamiento que provenía de la deuda exterior que tenía Ecuador en los bancos estadounidenses. Esta solo le generaba intereses a pagar a los bancos, ya que estaba bloqueada, pero pudimos liberarla para desarrollar este gran proyecto, realizado de manera privada, a parte del Municipio, esto nos dio una gran independencia, en total fue una inversión de $1,2 millones”, explica el padre Colin telefónicamente desde Guayaquil, quien mañana recibirá un homenaje en la Iglesia San José Obrero.

EL DATO
La iglesia San José Obrero está en la Avenida Eloy Alfaro y Mariano Urrea.En realidad, según aseguran varios de sus estrechos colaboradores, el religioso escocés aportó importantes cantidades económicas provenientes de su familia y de sus amistades para levantar proyectos. A sus 72 años todavía guarda la entereza y la fuerza de antaño, porque si en algo coinciden todos es en su capacidad de trabajo. “Era incansable, trabajaba todo el día de sol a sol, tanto en la parte pastoral como en la social. Siempre con algún nuevo proyecto, recolectando fondos, ayudando”, recuerda Galo Cevallos, quien trabajó con el padre Colin codo con codo durante 16 años en las labores de catequesis y proyectos con jóvenes.

Frente a la iglesia se juntan jóvenes que fuman y discuten acaloradamente. Llevan un perro pitbull. Uno tiene el pelo largo y barba, el otro luce ropa con un estilo hip hop. El vicepresidente de la parroquia los señala: “Antes aquí había muchos ladrones, drogas, era un lugar peligroso, el padre Colin fue quien transformó eso. Porque siempre se habla del agua y de los edificios que construyó, pero para mí lo más importante que hizo fue cambiar a la gente”.

CIFRA
A partir de las 20:00 es la ceremonia de agradecimientoEl núcleo de la obra es la iglesia San José Obrero, que fue iniciada por los salesianos y finalizada por él. Tiene capacidad para albergar a 700 personas. Justo detrás está el hospital San José. En frente un campo de fútbol y detrás las enormes máquinas que suministran agua a la parroquia. Todos los vecinos conocen su obra o su nombre, a pesar del tiempo transcurrido. “Él nos ayudó tanto, es una gran persona”, explica una señora que va rumbo al trabajo, “le debemos mucho, no le conozco personalmente, pero sé que hizo mucho por los más necesitados”, responde otro.

Agradecimiento

Desde Guayaquil el padre solo tiene palabras de agradecimiento para su comunidad. “Siento que el Comité del Pueblo me dio mucho más de lo que yo les di a ellos. Estoy muy agradecido. Quiero valorar y recordar que la gente del Comité del Pueblo es muy luchadora, no vinieron aquí para tener comodidades, sino para luchar por sus hijos, a pesar de las circunstancias políticas y económicas que existían, siempre con un espíritu de ayuda, eso me impresionó mucho. Son también unas personas de fe, Dios siempre estuvo muy cerca de sus vidas”, añade el religioso.

Mañana, a partir de las 20:00, en la iglesia San José Obrero se realizará el sentido homenaje en el que participarán todas las agrupaciones religiosas de la zona, y se le ofrecerá una cena de agradecimiento. Entre las actividades no faltará la música y los coros de música que tanto le gustan, y las miles de personas que le demostrarán que las huellas que dejó, siguen todavía frescas. (MAP)