‘El Chino’, anfitrión de la combis en Quito

ACTITUD. José Patricio Quimzo posa junto a su combi Zancuda.
ACTITUD. José Patricio Quimzo posa junto a su combi Zancuda.

José Patricio Quimzo lleva más de cinco años ofreciendo alojamiento gratuito a viajeros.

“Mi casa es el mundo, mi techo es el cielo, mi Dios es la vida, amar es mi credo, y quiero ser libre, vivir como el viento, en busca de un nuevo amanecer”. Estos versos de una cantante de la que ya no recuerda su nombre aparecen en una de las puertas de la combi de José Patricio Quimzó, alias ‘El Chino’.

En Quito es conocido por ser un fanático de este tipo de transporte, también por ser miembro de ‘La tribu en combi’, pero sobre todo por una cuestión muy particular: desde hace cinco años ofrece alojamiento en su casa de manera totalmente altruista, ya vengan en combi, carro, bicicleta e incluso mochileros. En total son ya más de 300 las personas que han firmado en su cuaderno de bitácora.

LIBERTAD. Esta combi dispone de todo lo necesario para disfrutar de una plena autonomía.
LIBERTAD. Esta combi dispone de todo lo necesario para disfrutar de una plena autonomía.

Espíritu solidario

“Cuando te gusta viajar y este tipo de vida la solidaridad está muy presente, es muy importante compartir lo que uno tiene. Yo solo guardo buenos recuerdos de los cientos de personas que han pasado, hemos compartido cenas, café, hemos paseado, les he enseñado la ciudad y estoy muy orgulloso de ello”, explica desde su casa.

Nunca pide nada, pero en ocasiones le dan alguna aportación, cocinan para él o le hacen la compra. También comparten experiencias y, cómo no, les da buenos consejos para conocer tanto Quito como el resto de Ecuador. Pero esta actitud vital tiene su ‘darma’, su contrapeso espiritual. Toda acción tiene su reacción. Todas esas personas a las que les ofreció su morada le invitan vehementemente a sus domicilios (mayoritariamente en Argentina) y espera, si todo va bien, ir a visitarlos el próximo año.

EL DATO
En junio de 2014 se dejaron de fabricar las combis.

‘El Chino’ luce una coleta canosa atada con una goma en la sien. Lleva anteojos y un rostro curtido por la vida, habla de manera pausada y transparente, con un aire de superviviente de la época hippie, a pesar de que es periodista de formación. Desde joven le gustó la aventura, lo salvaje. En varias ocasiones se iba ‘jalando dedo’ (pidiendo a viajantes en el camino que lo lleven) a Baños o Riobamba (algo que sigue haciendo a día de hoy), buscando una experiencia genuina.

Su estudio es un ecosistema en el que se revela su vida; muchísimos libros y revistas, fotografías, recortes de diarios, partes de carros, muchos recuerdos de viajes, banderas y proyectos a realizar, como un futuro libro sobre le mundo de las combis, con sus anécdotas y experiencias.

AMISTAD. Su estudio rebosa recuerdos de los viajes realizados y los nuevos amigos.
AMISTAD. Su estudio rebosa recuerdos de los viajes realizados y los nuevos amigos.

Inicio de la afición

El inicio de su idilio con las combis fue en 2012 cuando la adquirió de segunda mano a Zancuda, una Volkswagen de los años 90’ y comenzó a viajar por Ecuador junto a su compañera. Hemos recorrido todo el país: Costa, Sierra y Oriente (Amazonía), nos gusta esta manera tranquila y relajada de viajar, que te permite ver el mundo sin prisas”, explica en el estudio de su casa.

También pertenece al club ‘La tribu en combi’, que la forman 12 fanáticos quiteños de este medio de transporte. Se reúnen mensualmente para compartir su pasión, hacen parrilladas, fanescas y salidas los fines de semana.

12
miembros participan en ‘La tribu en combi’.

Actualmente se está preparando para su próxima epopeya, que será a Colombia. Partirá a principios del próximo mes, nada más que le entreguen arreglado el motor averiado. “Sé cuándo voy a partir, pero no cuándo voy a volver, así funciona con las combis, no tenemos fecha de vuelta”, responde guiñando un ojo.

En sus viajes realiza siempre una labor social, entregando ropa, productos alimenticios y juguetes a personas que viven en la calle, así que las personas que quieran ayuda, pero no tienen el tiempo disponible, pueden contactar con ‘El Chino’. (MAP)